Esa tarde Coraline se encuentra manejando, mientras escucha la plática de Gema y su amiga Micaela, había pasado por ellas en casa de Gema, ambas subieron al yugo, las amigas hablaban, Coraline se mantenía en sus propios pensamientos al pensar de lo que había hablado con tía Agatha, sobre su amiga Violeta, vendría de visita para celebrar su cumpleaños cancelando de que las dos saldrían fuera de Caxza y, que ella la recogería en el aeropuerto, al ser que vendrá en avión, pero ella solo ríe de repente al solo recordar algo de su amiga Violeta.
—¿Verdad?
Al oír aquella pregunta y ser interrumpidos sus pensamientos por la voz de Micaela, que se encontraba sentada en el asiento de atrás.
—Perdón ¿Si? Micaela. —responde Coraline, al verla por el espejo retrovisor.
—Que este era el auto de Natalia.
—Si. —contesta al solo mirar el camino, mientras continúa manejando.
—No sé si lo recuerdas Coraline, pero no es la primera vez que subo a este auto, la vez que lo hice fue la noche que ambas Nati y tu subían pasajeros.
—Si lo recuerdo, usábamos como taxi el carro, llevamos a varios a su casa como a ti Micaela.
—Nunca les paso algo feo.
—No, Natalia sabía por dónde ir y así hallábamos clientes.
Continúan hablando del mismo tema hasta que llegan al circo, a lo que Coraline busca un buen sitio para estacionar el yugo, a lo que lo encuentra, detiene el coche y es como las tres bajan de el.
En eso Coraline decide enviar un mensaje a Daniel, pues antes de salir de su casa habían hablado ellos dos por teléfono, de que se verían en el circo, al ser que sus padres también irían porque llevarían a sus dos hermanos varones de 8 y 10 años al circo también, a lo que quedaron de acuerdo ya no pasaría por él, en eso que van las tres y ver a demasiada gente.
—¡Coraline!
A lo que escucha que una voz masculina que grita su nombre, a lo que voltea y ve que quien grita es Daniel Coraline sonríe.
—Invitaste a Daniel. —dice Gema.
—¿Que son novios? —pregunta Micaela.
A lo que enseguida Coraline voltea a verlas y niega al mover la cabeza y dice:
—No solo somos amigo y si lo invite, si quieren adelántense y ya las alcanzo.
—No Coraline, vamos contigo.
—Ok.
En eso que saludan a Daniel mantienen una conversación, las chicas con él para después Gema y Micaela se miren por un momento, al ver la química que tienen Daniel y Coraline.
—Coraline iremos a dar la vuelta antes que comience la función.
—Claro Gema me apartan un lugar.
—Claro. —responde Micaela.
Ellas solo se fueron.
—Fue mejor en dejarlos solos, vistes como mira Coraline a él.
—Micaela no exageres.
—No la viste, miraba a Daniel como aperitivo, me dio miedo.
—Imaginación tuya ni que fuera Coraline una especie de vampiro, deja de ver tantas películas, eso daña, mejor vamos a apurarnos quiero ver que venden antes de entrar.
—Ok. —responde Micaela.
Gema voltea por un segundo hacia la dirección donde dejaron a su amiga Coraline, ella la ve normal, no entiende porque Micaela le haya mencionado eso, entiende que ella es muy aficionada tanto de las películas de miedo, terror y criaturas que no son reales y solo comparar a Coraline por una vampira, es algo tonto, en la actualidad no existen, solo existen los criminales locos, no sabe porque aun piensa en lo que dijo Micaela, solo quiere disfrutar del circo y alejar a Micaela de Coraline antes de que diga más tonterías.
En eso continúan platicando ellos al recorrer fuera de la carpa, viendo las diferentes tiendas que se encuentran de comida, golosinas, globos, algodones de dulce etc. Coraline le dice:
—Bien el muchacho nuevo trabaja bien se llama Saúl, pero tu como vas en la veterinaria.
—Bien esta semana ha sido algo ocupada, va a ver una campaña de adopción canina y de gatos.
—Claro, Shaun me conto algo de eso igual y voy a ayudar.
—Si me decía tu primo que va demasiada gente, porque aparte hay otras cosas.
—Si solo fui una vez más y si la gente adopta a las mascotas.
En eso se detienen en uno de los puestos, al comprar bolsitas de palomitas, no faltaba mucho para que comenzara la función, continuaron platicando de algunas otras cosas.
—Ustedes vinieron en autobús. —le dice Daniel.
—No venimos el automóvil.
—Cierto que tú tienes el yugo.
—Pero volverás con tus padres ¿No?
—No, me gustaría ir con ustedes solo sí.
Coraline lo mira escéptica, al arquear la ceja.
—Claro puedes venir con nosotras.
Iban comiendo sus palomitas al entrar dentro de la carpa del circo, al ver a su alrededor a mucha gente sentada en las gradas.
—Mira son las chicas. —dijo Coraline.
En eso ambos voltean a ver que Gema los llamas al alzar, a lo que los dos deciden ir con ellas.
—Vengan a sentarse. —les dice Gema.
Coraline ve que Micaela come una banderilla de salchicha y Gema unos plátanos fritos y ellos, aún se encuentran comiendo, cada uno sus palomitas, es en el momento que comienzan a escuchar los gritos de los niños, al ver al maestro de ceremonia saludando al público y empezando el espectáculo que al verlo Coraline es normalmente itinerante, al ver a los acróbatas, a los equilibristas, escapistas, forzudos, hombres bala, magos, malabaristas a los mimos, payasos, tragafuegos, a los tragasables, trapecistas, ventrílocuos.
Mientras el espectáculo estaba por terminar, ellos acabaron su comida. En eso de repente Gema mira extraño el cabello largo y suelto de su amiga Micaela al decirle:
—Mica que tienes en tu cabello.
Es cuando ve que esta por tocarse su cabello cuando Gema se da cuenta que es lo que cayó en su cabello.
—No Micaela.
Es cuando las dos chicas alzan su vista hacia arriba y se da cuenta Coraline, ella también voltea también hacia la dirección que ellas miran, al ver que estaban cayendo en un solo sitio del techo tijerillas y mientras Coraline baja la mirada, al ver que a quien le caen mayormente es a Micaela y una parte a Gema y pareciera que Gema parece que la despioja, al ser no piojos, sino esos insectos n***o que son las tijerillas, quisiera reír, pero lo evita por Daniel, termina el espectáculo y es como se levantan. En eso ellos tres ven que aun Micaela se sacude el cabello.
—Mica ya déjate ya no tienes más.
—Gema siento que aún tengo.
Mientras salen fuera de la carpa entre las demás personas.
—Lo siento disculpe.
Al escuchar eso Coraline voltea para ver quién es la persona que se disculpa con Daniel, al ver de nuevo esos ojos y su radiante sonrisa y ver de nueva esa palidez de mármol, acaso es miedo lo que siente en ese momento al solo tragar, pero desaparece de su vista al instante, solo salen de aquella del interior de esa carpa, que por momentos después de mirar a ese extraño es como si el interior no fuera un circo normal, sino uno con personas extrañas, de aspecto haciendo lo mismo que hace unos momentos vio, al ver ante sus ojos a un hombre muy alto en un traje de circo al ser alguien muy diferente al maestro de ceremonia.
—Coraline te encuentras.
En eso ella parpadea como si hubiera salido del trance en el que estaba y mirar a Daniel, que se encuentra a su lado, en eso ve que Gema y Micaela se encuentran en el puesto de golosinas comprando.
—Estoy bien Daniel, gracias solo que tengo hambre.
—Ese puesto aún tiene banderillas vamos.
Coraline sonríe y asiente, ambos van directo hacia el puesto mientras Coraline mantiene una conversación con su amigo, al mirar a veces a su alrededor buscando a ese desconocido que le ha tomado mucho interés, mete sus manos en sus bolsillos delanteros de su pantalón de mezclilla y mirando como el muchacho prepara las banderillas.
—Coraline hace rato ¿Qué le paso a Micaela? —le pregunta Daniel, mientras el mismo chico le entregaba sus banderillas a cada uno, al ser cuatro de ellas.
Coraline medio ríe a lo que caminan juntos, dirigiéndose hacia los autos al responder ella.
—Recuerdas donde estaban Gema y ella sentadas.
—Si.
—Pues arriba de Micaela se encontraba una especie de nido de tijerillas que cayeron sobre su cabello, y en parte también Gema.
—No manches. —contesta Daniel.
Ambos comienzan a reír, en eso Micaela y Gema alcanzan a ver a Daniel y Coraline a lo que van y se acercan a ellos, al preguntar Micaela.
—¿Vendrás con nosotros? Daniel.
—Si Micaela ¿Estas bien? —pregunto él.
—Sí, si estoy bien, no me había dado cuenta que arriba de mi había tijerillas, pero no me cayeron muchas al cabello.
Coraline y Gema voltean a verse al pensar similarmente y decirlo Gema.
—No, no fueron muchas.
“Bastaste” susurra Coraline a lo que ríen los tres, Micaela se da cuenta los mira algo enojada al decir:
—Ya no se rían de mí.
Rieron un poco más al llegar hasta el yugo, subieron al auto todos, Coraline se había terminado de comer sus dos banderillas que le había invitado Daniel, al igual que él y también Gema, quien aún comía una bolsa de frituras era Micaela. En eso Coraline solo arranca al alejarse del circo, los cuatro se encontraban conversando y es como aquel sujeto desconocido parado junto a un árbol observa cómo se va aquel automóvil amarillo, hasta que desaparece, el solo mira, es en el instante que los ojos de ese extraño se tornan de un color cristalino brilloso, al igual que su piel con su cabello largo a los hombros y suelto, sus labios forman un breve sonrisa y solo da la vuelta, perdiéndose entre la multitud de personas que aún están saliendo, al ver que camina directo hacia el cementerio que se encuentra muy cerca, al cual entra perdiéndose entre las lapidas, mira los diferentes nombres de las personas que se encuentran bajo tierra. El continua caminando tan elegantemente sobre la tierra, se detiene un momento al llegar y encontrarse en la entrada de un columbario, en donde se sienta al cruzar sus piernas y de algún modo si Coraline lo viera, pensaría que está meditando, en ese momento suena su teléfono y sentir que vibra y suena dentro de su bolsillo de su pantalón, solo abre los ojos molesto y solo decide sacarlo, es un celular de cacahuate muy sencillo, y para el muy práctico, lee que un número desconocido, pero solo contesta la llamada, al escuchar esa voz, sabe de quién se trata:
—¿Ya la encontraste? —le pregunta el sujeto de la línea.
—Si.
—Entonces solo mátala o tráela.
—No lo sé debo averiguar más.
—Más hermano, no tienes más tiempo, has sido visto por la policía es peligroso, sabes lo que pasaría con papá si sabe sobre lo que sucedió, debes volver con ella o sin ella.
—Lo sé, pero papá no debe saber nada.
—Lo sé, pero Norman y Morgana están haciendo preguntas y sabes bien que son entrometidos y le dicen todo a papá.
—Entiendo, solo repita lo que debes decir.
—Ok hermano, pero apresúrate papá comienza a sospechar.
El muchacho de cabello azabache se despide y cuelga, solo sonríe y se levanta dirigiéndose hacia su hotel.