Capítulo 24

1837 Words
Desde que llego a la mansión y Benjamín como las gemelas le contaron que Edmund aún se encontraba fuera y que Orlando, Derek y Oscar hermanos de Edmund se encuentran más tranquilos, desde que él hablo con ellos de que no lo sabe aún, pero tanto Benjamín como las gemelas están muy seguros de que no ha notado nada el señor Mortifero, algo que es bueno sin ninguna sospecha, pero solo hay algo que se piensa como una sospecha, el joven Norman no ha estado en la mansión Mortifero a lo que dice una de las gemelas. —Según Morgana dice que fue a ver a unos amigos y no se sabe cuándo vuelva. Raimundo solo no intenta pensar que sea una mentira, pero asiente a lo que la joven dijo, cambian el tema, pero aun piensa por un momento él que Norman se haya aventura al querer ir a Caxza y aquel amigo sea una mentira, pero imagina que sea cierto, porque no llevo a su hermana Morgana con él. —Raimundo nuestra nueva hermana es como mamá, con su misma habilidad. Él está por pensar en algo más cuando escucha a Tabia, Raimundo debe ser sincero con ellas, porque notarían si él miente, sabrían ambas que la respuesta no es completamente real, porque para ellas es el punto donde se mezclan alma y cuerpo, las dos son expertas, sabían ambas descifrarlo al ver heredado una peculiar habilidad que se considera belleza inmaculada en toda la oscuridad, que se pensó que el propio dramaturgo poseía la misma habilidad, al leer aquella frase “las palabras están llenas de falsedad o de arte; la mirada es el lenguaje del corazón”, también se pensó que algunos otros poetas que se consideraron con el mismo don belez de cuidaros, que tienen las gemelas. —Aun no lo sabemos Tabia, ustedes conocen a su hermano y como Edmund lo dijo deberá la mikini pasar por etapas para que se fomente su habilidad, recuerden que puede obtener cualquier don, pero no sabemos qué clase de nutrición haya utilizado en ella, es posible que se manifieste el de tener belez de cuidaros o puede tener el de Derek y algunos más, lo sabremos ya que Edmund venga con ella. Las gemelas entendían lo que Raimundo les decía, Edmund era muy bueno con aquella habilidad de curar y ser un médico, también de tener practica en sus diferentes experimentos, al ser un tipo de científico loco como el a veces se considera. —Los sabemos Raimundo y no negaremos que hemos intentado evitar en ir a Caxza y conocerla, porque ha sido una gran curiosidad irla a conocer, algo que como papá dice que es peligroso en un vampiro tener cierta clase de curiosidad, porque no debemos tenerlo, eso causaría problemas y te aseguro que, aunque mis hermanos ahora se encuentren tranquilos, es algo que a Norman y Morgana no se les ha hecho tan normal, al ser que fueron ellos en ver primero a mis hermanos de cómo llegaron de Caxza. Era muy cierto lo que mencionaba Tabita. —Imaginas, también tu que no sea cierto que Norman no haya ido a ver a un amigo. —Si exacto Raimundo, fue a buscar a la mikini y aunque no fue con Morgana y prefirió ir solo, porque sabemos que pensó que sospecharíamos algo. —Tabia, pero ni sabe su nombre. —le dice Raimundo. —No, pero cree que con su telepatía podrá hallarla, pero quizás solo la perciba, pero sin poderla encontrar, realmente porque como dices ella está pasando etapas que debe ser algo duras o fáciles, la cosa es que, si llegara a tener el mismo don de mamá, puede que no la encuentre, recordemos como mamá enseño a Norman que pudiera entrar a su mente. —dice Tabia. —Pero nunca pudo comunicarse con ella, al final ella era quien hacía que su comunicación de ambos se conectara, pero nunca él pudo penetrar la mente de mamá. —dice Tabita. —Entonces creen ustedes, que eso mismo evitara en descubrir quién es Coraline. Ambas voltean a mirar a Raimundo y Tabia pregunta: —Ese es su ¿Nombre? Raimundo. —Sí, no lo sabían. —No Edmund nunca nos dijo su nombre, solo la llamaba mikini. —responde Tabia. —Es Coraline. —dice Tabita. Las gemelas se miran sonriendo, al recordar el nombre de mamá Lorelei y saber que ahora la de su nueva hermana Coraline, ve aquel brillo Raimundo tan extraño que viva aun en los ojos de vampiros, como presenciar una emoción humana, algo que no se explica porque sucede ahora, desde que supieron el nombre de la tal vez hibrida que será la nueva mikini. —No se emocionen tanto gemelas, porque la conocerán en el aniversario de su madre. —Raimundo la traerá esa noche. —dice Tabita. —Así su hermano lo decidió. —Esa es la cuestión de que aun continúe fuera, debe estar haciendo los últimos detalles. —Si Tabia. —Espero no se encuentre con Coraline. —dice Tabita. Ambos asienten. “Debes creer, crear y quebrar tu punto de partida” Parte de la planta de su zapato estaba tocando el vacío del precipicio de la colina, es cuando una leve y suave melodía se hace entender a lo que Coraline voltea hacia un lado, al dar un paso hacia atrás y sentir la brisa del aire como si le hubiera susurrado aquellas palabras a ella, mira hacia atrás, pero solo es el bosque que continua sin ningún movimiento, no sabe, pero alza la vista hacia una dirección determinada donde no sabe si es real, al ser que se desvanece ante sus ojos algo que la confunde, no puede creer que a sus ojos él se haya desvanecido de un modo que lo crea real, a lo que decide reír recordando que lo único que vio fueron el color de sus ojos, vuelve a girar volviendo a mirar ese pequeño paisaje y decidir volver a casa, para nada se sentó ni quiso quedarse mucho tiempo, Coraline solo volvió al auto amarillo y decidió solo manejar para ir a casa, aunque el extraño de ojos grises azulados continuaba observando aquel carro que se iba, es como decidió no continuar un día más en Caxza. Edmund no ha tenido respuesta de Lucas, pero se ha ocupado él de hablar con algunos vampiros más, después de salir del pueblo de Volité, sabe que Raimundo ha vuelto a la mansión y Violeta de vuelta en su casa, algo que es bueno que Coraline se encuentre sola, ahora que se presentaran las quizás tres o cuatro etapas que se manifestaran en ella, al ser que bebe del White Keren, un antídoto que acelerara la trasformación, para así asistir a la fiesta y el solo proceda con algo adicional para ella y así presentarla como quiere hacerlo. En eso que esta por entrar a la cochera ve un carro rojo estacionado, no imagina de quien se trate, pero solo se estaciona baja y entra a la casa. —¡Tía ya llegué! —grita Coraline. —Si estoy en el comedor. —dice fuerte tía Agatha. En eso que ella se dirige hacia haya. —Ella es mi sobrina Coraline, Coraline te presento a mi amiga Hortensia. A lo que las dos se estrechan las manos. —Hola. —dice Coraline. Al ver a una mujer alta de cabello largo n***o, peinada de forma elegante igual que con ropa casual sonriéndole. —Y te vas a la universidad. —le dice la mujer. —Si. —responde Coraline a lo que se sienta. —Ya te sirvo. —dijo tía Agatha al levantarse y traer de la cocina un plato servido A lo que ella escucha que hablaban de otra cosa y ve su plato que esta vez tía Agatha preparo pollo doradito, con papas al horno, que comienza a comer mientras aun piensa en aquellos ojos que vio en el bosque, aun preguntándose si se trataba de una persona o un animal, al ser que se desvaneció al instante que volteo a ver, sin darse cuenta que ya había terminado de comer. —Gracias tía, estaré arriba haciendo tarea. —Si Coraline. Ella se levanta con su plato vacío y se dirige a la cocina, dejando en el lavabo tanto el plato como el vaso, antes de salir decide tomar una fruta del frutero, toma su mochila que había dejado en el sillón, desde que salió de la escuela había tenido su mochila en la cajuela de su carro y después a ver ido a trabajar para luego ir al bosque, y no había hecho nada de tareas, es como decidió mantener la mente ocupada en el estudio, así evitaría pensar en Edmund, el señor Jones y sobre lo que vio en el bosque y más que nada, en cómo se ha sentido estas semanas algo diferente, que ella aún no se explica y sin olvidar lo que sucedió en el bosque, ella se encuentra subiendo las escaleras al ir a su habitación, decide comenzar a sacar algunas libretas, el estuche y el libro que había pedido prestado de la biblioteca y sentarse frente a su computador, que se está preparando para encenderse, aunque se encuentra ocupada en sus cosas viene a su mente esas mismas palabras que escucho y que no entiende. “Debes creer, crear y quebrar tu punto de partida” En lo que disuelve aquellas palabras al reconocer que ha invitado a Jimena el viernes a dormir a su casa, pues se encuentra con algo de emoción de ver y conocer al director de la academia 1958 del señor Jones, en eso abre el libro y comienza a leer, debe sacar mientras escribe a pluma y después escribe la triple doble u del teclado de la computadora, en eso escucha que alguien entra a su cuarto. —Hola me llamo Andrea y Hortensia es mi tía. Coraline ve a una niña de siete años de cabello color n***o largo trenzado con una blusa de manga larga y overol de mezclilla, con tenis que no sabe dónde estaba ella si nadie miraba televisión. —Hola Andrea soy Coraline ¿Estabas dormida? —rayos ella no sabe de dónde vino, hacer esa pregunta. —Si. —Andrea ya comiste. —Si ¿Quieres helado? —pregunta la niña. —Si vamos a la cocina. —le dice Coraline. Ambas salen de la habitación mientras van platicando, aun tía Agatha y su amiga seguían platicando en el comedor, a lo que ella saca del refri el bote de helado de vainilla y después la de chocolate, al servirle a Andrea una bola de cada sabor, igual ella, a lo que Coraline decide dejar la tarea para hacerla más tarde y estar con la niña. —¿Quieres ver una película? —Si. Ambas se encuentran sentadas mirando una película de princesas, mientras comen cada una su helado con barquillo.
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