Llegó el Lunes y como todos los días mis amigos pasaron por mi para ir a la Universidad.
Siempre íbamos en el auto de Jacob, que era el único que tenía uno.
En el camino me preguntaron por mi almuerzo con Max. Ya se habia demorado mucho en preguntar . No quería entrar en detalles, pero tienen un poder de convencimiento que de a poco fui soltando la lengua.
Les mostré mi regalo de cumpleaños y luego el anillo de compromiso.
Mi amiga se tapó la boca con sus manos ahogando un grito.
- Me muero. Que hermoso anillo. Mira Jacob, nuestra Sami está comprometida de verdad.
- Guau Sami, tremendo detallazo del hombre. - dice Jacob.
- La verdad es que si. Pero todos sabemos que es parte del Trato.
- ¡Por Dios!, Debes reconocer, que es un detalle muy lindo.
- Si, muy lindos.
- Vamos Sam. No seas tan indiferente. Algo debes haber sentido cuando te los entregó. - Dijo Jacob.
- Si, me alegré. Ustedes saben que me gustan los regalos.
- A mi me entregan un anillo así. Mínimo grito, me cuelgo al cuello y por supuesto, lo beso.
- ¿ Y quién dijo que no hubo beso?
- ¿¡Queeee!?
¿Han visto "El exorcista" ,cuando la niña gira la cabeza?
Bueno, así hizo mi amiga.
- ¿Que te pasa Angélica? . Un día me harás chocar con tus locuras.
- Ya, ya ,ya . No seas pesado Jacob. ¿No escuchaste que Sam se besó con el guapo de Max?
- ¿Lo encuentras guapo?- pregunta Jacob
- Ese no es el punto Jacob. El punto acá es el beso que se dieron.
Estos dos, pelean siempre, ya estoy acostumbrada a ser el mal tercio.
Al final, les conté detalladamente, desde que salimos de la casa a nuestro almuerzo, hasta los últimos mensajes.
- Desde hoy soy fans número uno de Máximo.
- Estás al límite de la locura Angi.
- Igual te quiero Sam.
Llegamos a la Universidad luego de 30 minutos de viaje.
Caí en cuenta que vería a Francisco y tenía que contarle todo lo que sucedió el fin de semana. El matrimonio arreglado y que me caso en un mes.
¿Le contaré del Trato?.
No lo veía desde mi cumpleaños, estaba nerviosa por lo que me diría. Si bien, no estoy enamorada de él, pero igual lo quiero y no me gustaría que sufriera por mi culpa.
Siempre nos esperaba en el estacionamiento para llegar juntos al aula.
Cuando lo vi ,instintivamente me saqué el anillo, no quería que lo viera hasta contarle todo. También le pedí a los chicos que no lo hicieran, ya que eso debia hacerlo yo.
Nos bajamos del auto y Francisco me recibió con un fuerte abrazo y un beso en la comisura de los labios. Se me apretó el estómago cuando sentí sus labios cerca de los míos.
- ya, ya ya, suelta a mi amiga, no seas pegote. -dice Angélica.
La quedo mirando y le guiño los ojos en agradecimiento.
- Vamos chicos, se nos hace tarde. Dice Jacob.
Los lunes siempre eran los más largos de la semana, estábamos casi todo el día en clases.
No tuve la oportunidad de hablar con Francisco en todo día, siempre estábamos acompañados.
Ya en la última clases, nos sentamos juntos y le dije que a la salida lo invitada a un café. Con gusto el acepto. Juro que me dio mucha pena, se me llenaron los ojos de lágrimas, porque el es un buen hombre y no merece escuchar lo que le tengo que decir. Se que el siente más que solo cariño por mi. Lo sé ,porque lo demuestra y me lo ha dicho en varias ocasiones.
Llegó la hora de la salida. Mis amigos ya sabían lo que haría, así que se despidieron y se fueron. Nosotros nos fuimos en el auto de Fran a una cafetería que estaba cerca y donde siempre íbamos.
Mientras íbamos en el auto y por milésima vez revise mi celular, esperando algún mensaje de Max, pero nada. Sentí una pizca de decepción.
No quería llegar a la cafetería, me dolía el estómago, y el corazón me palpitaba a mil, definitivamente estoy a punto de un paro cardíaco.
Al llegar me bajo rápido del auto, porque sentí esa mirada de Fran, cuando se quiere poner cariñoso.
Lo espere en la entrada de la cafetería.
- ¿Hambre?
- No mucho.
Que iba a tener hambre con el nudo que tenia en la garganta y en el estómago
Nos sentamos y ordenamos.
Fran,un Latte Vainilla y un sándwich vegetariano, yo solo un Cappuchino doble.
- ¿Que pasa Sami?, te siento y te veo muy extraña.
- La verdad Fran, es que debo contarte algo importante que pasó el fin de semana.
Me da la mano y me dice que puedo contarle cualquier cosa, que esté tranquila.
Llegó nuestro pedido. Así que ya no habría interrupciones.
Comencé con lo que me contó mi mamá , de que ellos eran de alta sociedad, pero querían tener una vida tranquila y bla, bla, bla.
Cuando llegué al tema de los matrimonios arreglados, Francisco se quedó quieto. Saco de mi bolso el anillo y me lo pongo.
- Me voy a casar Fran. La fiesta del sábado, era mi fiesta de compromiso.
Se para tan rápido, que la silla se cae hacia atrás. Su reacción fue muy violenta.
La gente nos quedó mirando.
Se dio cuenta de lo sucedido. Paró la silla y volvio a tomar asiento.
- ¿Como? .Sam, ¿de que me estás hablando? .El viernes estabas conmigo y ¿hoy estás comprometida?
- Lo sé. Fran nosotros no somos novios. Pero debía contarte, porque de alguna forma ,si estamos juntos. Pero siempre te he dicho que solo eso te puedo entregar.
- Osea, ¿no puedes tener nada serio conmigo, que nos conocemos hace 4 años pero aceptas casarte con un desconocido?.
Se les llenaron los ojos de lágrimas. En su rostro se reflejaba dolor y rabia. Le tomo las manos y comienzo a llorar.
- Perdoname Fran por favor, nunca he querido hacerte daño. Sabes que Te tengo un cariño muy grande, pero debo hacer esto.
Se para bruscamente de su silla y se dirige hacia a mí. Se agacha para ponerse a mi altura.
- ¿Estás segura con la decisión que tomaste?
Se acercó más a mi cara. Me dió miedo su mirada y lo apretada que tenía su mandíbula. Nunca lo había visto así. Francisco se caracteriza por ser un hombre tranquilo.
- Sí, estoy segura.
- Ok, entonces no tenemos nada más que hablar. Adiós Samira.
Tomé su brazo para poder detenerlo y que no se fuera ,pero se soltó.
No me volvió a mirar y salió de la cafetería.
Me quede sola. Mis lágrimas caían sin la intención de parar. Terminé mi café, p**o la cuenta y salgo.
Iba mirando el suelo, cuando choco con alguien.
- ¿Samira?.
- Amanda...¡Hola!
Me pasa una de sus manos por mis mejillas para secar mis lágrimas.
- ¿Que pasa?, ¿porque lloras?
- Disculpa no quiero ser grosera, pero debo irme.
- Pero no te vayas así. ¿Te puedo llevar?
- Esta bien, muchas gracias.
Veo que saca su celular y llama a alguien.
- Cariño, por favor espérame en la cafetería, no tardaré.
Vamos me dice.
- ¿Por qué no le dijiste que estabas conmigo?
- ¿Querias que lo hiciera?
- La verdad es que no. Gracias.
En el camino le conté lo que me sucedía. Me sentía en confianza con ella. Aunque la vi solo una vez.
- Querida, te entiendo muy bien. Cuando me casé con Andrew ,estaba enamorada de otro chico, pensé que era el amor de mi vida. Pero ,el tiempo me demostró lo contrario. Andrew me fue enamorando día a día. Y bueno, yo a él.
Dale una oportunidad a este matrimonio. Si no resulta ,puedes divorciarte después de un año. Solo ten paciencia.
Al llegar a mi casa y detener el auto. Me despido de ella, sin antes darle un fuerte abrazo.
- Gracias Amanda. Agradezco mucho tus palabras. Significan mucho para mi.
- No tienes nada que agradecer Sam. En poco tiempo serás mi cuñada. Y como familia debemos apoyarnos. Eso es lo más importante. Además, siento que seremos buenas amigas.
- También siento lo mismo.
- Ahora entra a tu casa a descansar, mañana será un nuevo día.
Entro a la casa , y mis padres me preguntan que me sucedía.
- Solo quiero acostarme y dormir
- Pero cariño, tenemos una conversación pendiente.
- Ahora no mamá. En serio. Buenas noches.
- Pero hija...
- En serio...ahora no.
- Está bien. Buenas noches.
Entre a mi habitación. Dejé mi bolso y mi chaqueta en el suelo. Me puse pijamas. No tenía ganas de quitarme el maquillaje ,así que me acosté.
Apague la luz.
Lloré hasta que el sueño me venció