Danielle Diaz.
En la mañana, me despierto con el sollozo de Manuel entre mis brazos, eso me deja totalmente fuera de mi orbita, lo veo tan vulnerable, tembloroso y esta sudando.—
—No, no, por favor.— Suplica que tengo que despertarlo.
—Manuel, Manuel, todo está bien.— Le digo tomando su cara entre las mías.
—Nada está bien ¿Por qué no me dijiste que los monstruos, están libres?.— Me pregunta viéndome con sus ojos atormentados.
—¿Por eso bebiste?.— Cuestiono.—
—No has respondido a mi pregunta.— Me dice viéndome, esta tan cerca de mí, que me incomoda, además que me preocupa muchísimo, mi aliento en la mañana…
—Yo, solo no supe abordar el tema contigo, sabía que te iba poner mal.— Confieso.
—Debiste decirme tú, estuve todo el día mal, y después que salí del hospital, no encontraba a d
