El mismo día Guayaquil Antonio Cuando creí que solo con volver a la ciudad tendría oportunidad de vivir este sentimiento por Sara que ni yo mismo aceptaba, vuelve a jugarme en contra el destino, incluso parecía un loco desenfrenado mientras caminaba a toda prisa por las calles junto a Maritza, guardando aun la esperanza de poder conocer dónde hallar a Sara, claro que en un santiamén mi pequeña ilusión se hizo agua entre mis manos al no encontrar ni un alma en la casa de los tíos de Sara, sintiendo una impotencia que recorre mi cuerpo hasta dar un golpe en la pared, mientras intento controlarme, para pensar con claridad hasta que reacciono al escuchar la voz de Maritza. –Antonio quisiera ayudarte más, pero no tengo idea como hacerlo, aunque no te des por vencido, tal vez Sara vuelva a l