Capítulo 2 Así fue como empezó. Cómo terminó, pues ya sabemos que terminó, no puede precisarse con la misma sencillez. Está claro que el episodio no había dejado indiferente a Heyst. No diré que por la muchacha, pero sí por la suerte que pudiera correr. Era el mismo que se había echado al agua para salvar a Morrison —a quien sólo conocía de vista y por la referencia habitual del cotorreo de las islas— del hundimiento. Pero ahora se trataba de una clase muy diferente de naufragio, que habría de conducir probablemente a otra clase también diferente de asociación. ¿Reflexionó en todo ello? Puede que sí. Capacidad no le faltaba. Pero si lo hizo fue con un arsenal de datos bastante pobre. No hay evidencia de que llegara a pararse un momento en el espacio comprendido entre esa tarde y la madru