Condesa Sofía Le Roux, cabello rubio, piel muy clara, sofisticada, elegante y con la expresión de alguien que está a punto de devorarme y escupir los huesos. A la otra señora no la conozco, tampoco a la joven a su lado. – Buenas tardes señorita, mi nombre es Román Berthelot, soy el traductor de la familia Le Roux. – Haces que pasemos complicaciones innecesarias por tu incapacidad de aprender el idioma, es increíble que después de dos meses en Selder no puedas ni dar los saludos correctamente – dice la condesa mientras agita su abanico. La otra mujer se acerca – lo que dijiste es cierto, qué color de piel tan interesante, no es oscuro, tampoco claro, esto es tan, exótico. Siento que no lo dijo de buena manera. – En lugar de tenerla aquí deberíamos enviarla a una exhibición para que ot