Miau* La primera vez que supe el significado de ese sonido, tenía ocho años, no era la primera vez que veía un gato, dos de ellos dormían sobre el techo de la casa y en el verano, era común despertar y mirar las plumas amarillas, grises y azules regadas afuera de la ventana, solo así sabía que Manchas había cobrado otra víctima y salía a regañarlo. Pero había algo en ellos que siempre supe, ¡eran gatos! Miau* Y la criatura anaranjada con rayas amarillas y un cascabel en el cuello que surgió de la sombra de mi abuela, no lo era, era otra cosa. Miau* Su maullido era alargado, hacía eco en mis oídos y desaparecía todo lo demás, tan profundo y llamativo, diciéndome ¡aquí estoy!, ¡sé que puedes verme!, y moviendo su cuello para mostrarme que el cascabel era mudo. Mis ojos se humedecen ca