Aquella primera noche la pase sobre el suelo de una habitación oscura y me tomó tiempo acostumbrarme a la escasa iluminación, cuando pude ver descubrí que había una gran cama y sobre ella dormía Odio, me acerqué lentamente y Viola apareció con su gran cabeza erguida y los colmillos expuestos. Durante los meses que viví en aquella mansión, aprendí cuán grave era la situación de Odio, la parte derecha de su cuerpo carecía de sensibilidad y no le respondía, en los días buenos caminaba golpeando el suelo con su bastón y arrastrando su pierna, en los días malos permanecía en cama y cada día, durante doce horas completas, ¡dormía! Su estado de salud no importaba, tan puntual como un reloj su consciencia desaparecía y su cuerpo se desplomaba sobre el suelo, si no alcanzaba a llegar a la cama Vi