Las pisadas dejaban marcas sobre la nieve y a menudo un tronco se atravesaba provocando una señal de arrastre en el extremo donde Nicolás saltaba, los pájaros dejaban las copas de los árboles alertando de su posición y al reducir la distancia el lobo blanco volteó a verlo.
Quizá era el tiempo que llevaba sin alimentarse correctamente, Nicolás se sentía famélico, hambriento y le fue difícil controlarse, el lobo que estaba frente a él mostró sus colmillos, Nicolás lo imitó y el lobo fue retrocediendo por instinto antes de dar la vuelta e intentar escapar.
Nicolás le dio alcance muy rápidamente, en el costado de su cinturón se encontraba un cuchillo que en ese punto era más un estorbo, sus garras eran afiladas y aunque el lobo intentó defenderse, Nicolás lo empujó con facilidad y atrapó sus
