—Volvere cuando ella despierte...— Exclama mirando a su hermana. Vanko suspira pasando ambas manos por su cabello, el echo de que ella estuviera en aquella cama y siguiera sin reaccionar lo tenía realmente fuera de control. —Siempre me gustó tu hermana.— Explica apoyándose en el mueble frente a la cama. Adrik sonríe negando con la cabeza, frenando por unos momento a la idea de salir de la habitación. —Siempre lo supe... Por eso me generaste mucha impotencia cuándo fingiste que te generaba rabia que ella fuera tu mate.— Recuerda con una sonrisa de costado. Vanko también sonríe cruzandose de brazos y negando con la cabeza. —En esto estás equivocado... Yo no fingía, Adrik...— Traga saliva. Su amigo suspira relamiendo sus labios. —Se que ella te importaba, Vanko, no podía ser tan malo q