Alma. — Alex, ya dime, no me dejes con la duda. Digo cuando nos alejamos del beso para que yo pueda respirar bien. — Alma, esto debemos hablarlo con calma, pero, ahora mismo no me estás dejando pensar. — Entonces, no pensemos. Quiero más besos. Respondo, rápidamente me quito los calzados como puedo para moverme y quedar sentada a horcajadas encima de Alex, él se quita sus calzados también, luego rodea mi cintura. — Esto no está bien, primero deberíamos hablarlo. — Sí, pero, primero los besos, luego dormiremos, ya mañana sabré si quieres o no darme una oportunidad. — Alma… — Déjame disfrutar ahora que no me invade la timidez. Lo interrumpo, él se ríe divertido negando con la cabeza, tomo sus mejillas y me acerco a besarlo, me gusta sentirlo, sus labios son suavecitos, tiene