El mismo día New York Lily –No soy ciego Lily, para mi mal creciste, aunque hubiera preferido que sigas siendo una niña, porque podía estar cerca de ti sin sentirme culpable. –¿Por qué? ¿Me odias? –Te odio porque te convertiste en una mujer hermosa que despertó todo lo que nunca pensé que podía sentir por nadie. –¡John! ¿Qué estás diciendo? –pregunto sorprendida con mis ojos cristalizados. –¡Lily te amo!, Que duele hacerlo, porque no puedo lastimarte– me afirma. –¡Me amas! ¿Cuántas veces soñé que me lo dirías? Es la más hermosa declaración de amor que me has hecho– le afirmo entre lágrimas mientras me acerco a él. –Lily ¿No entiendes? Lo nuestro no puede ser porque solo te haría daño– me explica desesperado. –John estoy segura que nunca serías capaz de lastimarme, porque siemp