Invierno de 1892 Washington John Las huellas del tiempo se han hecho presente en mí, no hay forma de ocultar las canas que tengo, es parte de envejecer pues ya cuento con 57 años, en cambio Lily dejó de ser esa chica, se ha convertido en una bella mujer con 39 años, la verdad es que soy la envidia de muchos hombres, pues ella a cada lugar que vamos, roba las miradas de todos los presentes, es algo que no hay forma de evitarlo, solo sentirme afortunado de que sea mi esposa, de ser el hombre que cada noche la hace perder la cabeza, él que sujeta su mano en cualquier circunstancia, ser un matrimonio en las buenas y en las malas. Por otra parte, mi mayor debilidad es mi hijo, mi pequeño Edward, por lo mismo busco la forma de estar presente siempre para él, por más trabajo que tenga, además