El mismo día, horas más tarde New York Lily Que sensación más hermosa fue sentirme en los brazos de John mientras bailábamos, porque él detuvo el tiempo en ese instante, fue perderme en su mirada profunda haciendo hervir mi sangre, en verdad me quemaban sus ojos grises y era imposible contener mi alegría entregándole sonrisas genuinas. Aunque el mágico momento fue roto por Jean Paul al interrumpirnos, incluso ahora disimulo mientras bailamos, claro que me distraigo viendo a John que me mira con impotencia hasta que soy sacada de mi mundo por la voz de mi novio. –Lily deja de dar un espectáculo coqueteando con John, porque pareces una ramera ofreciéndotele. –¡Jean Paul! ¿Qué te pasa? Deja de tratarme de esa forma– le afirmo molesta. –Solo estoy diciendo la verdad, porque una muje