Favoritos

2439 Words

Beth: –Abuelita, por favor –exclame, pero ella solo seguía negando.      Dicen que cuando envejeces te pones más necio, pues mi abuela no era la excepción a esa regla, ya habían pasado unos tres días desde que había llegado a Oslo de emergencia.     Hasta ahora lo único que había cambiado es que nos dejaban entrar a la habitación del abuelito, y que ya había salido de la unidad de cuidados intensivos, pero hasta ahora no había reaccionado, no había hablado con nadie, y por más que el insistimos, mi abuela se rehusaba a separarse de él un instante.      Desde el incidente de su ataque cardíaco, mi abuela no había vuelto a casa, los cambios de ropa se los había hecho en el hospital, no había regado sus plantas o cocinado algo, o dormido en su habitación, totalmente rehúsa a la idea de d

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD