-Nico- -¿Alex?- ella dormitaba sobre mi pecho cuando el cielo se pintaba de naranja. Llegaba la hora de marcharme y no había pegado un ojo ni por un instante. -¿Si?- preguntó atontada rascándose la cara -¿Te irías conmigo? Cuando todo esto acabe…¿Tú...Serías capaz de irte conmigo? No sabía por qué hacía aquella pregunta. Ni yo mismo entendí lo que esperaba como respuesta. Ella me miró. Esos desperezados orbes dorados que me observaban con fascinación. Su mano fue a mi mejilla y su sonrisa hizo que el miedo desapareciera de mi corazón. -Me iría contigo a cualquier lugar del mundo, Nicolás- sonó a promesa y lo sellé con un beso sobre los labios apartándome sonriente y feliz por algún motivo. Recordé la hora y me puse de pie. Ella me miró confundida-¿A dónde vas? No pude evitar reír