-Alex-
Al menos ocho minutos después llegué al vacío gimnasio y tomé dos barras energizantes del mostrador comiendo mientras llegaba a las bicicletas fijas donde empezaría a hacer un poco de cardio. La música en el lugar era automática y me sentía muy bien sudando mientras escuchaba música electronica que me incentivaba. Mi teléfono de iluminó sobre la pantalla del equipo y bajando un poco mi alta velocidad contesté en altavoz.
-¿Hola?
-Dime que es cierto-la gruesa y escandalosa voz de Michael respondió.
-¿El qué? Por cierto, hola, estoy bien, gracias por preguntar.
-Amor, con lo agitada que suenas, o estas teniendo sexo o estas en el gimnasio y de las dos formas estas bien- blanquee los ojos- Ahora dime que es cierto que pusiste a todas esas frígidas en su sitio y te les enfrentaste.
