-Alex- Si mi suerte fuese peor, creo que ya habría muerto partida por un rayo. Una casualidad como aquella, era imposible. ¿El profesor nuevo y yo?¿Desnudos en unas duchas desiertas?¿A donde están las cámaras y el equipo de producción para la película pornográfica? Mejor me largaba ahí, lo más pronto posible, y no porque el perfume que aquel hombre se aplicó frente a mí me hiciera calentar el vientre bajo, sino porque...Bien… Ya era hora de dormir. -Adiós, profesor- dije evitando alargar la charla con aquel sujeto, y mientras caminaba hacia la puerta sentí unos dedos apresar mi muñeca. Era él quien me sostenía evitando que avanzara. -Por favor, señorita Brown, no le cuente esto a nadie- asentí rápidamente rompiendo el contacto visual y esperando que me soltara para avanzar. No lo hizo.