-Nico- Una semana llevaba siendo visitado por mi alumna favorita, una semana en la que aprendía más de ella. De sus pequeños detalles. Tenía once minúsculas pecas repartidas en su mejilla derecha, en la izquierda habían diecisiete. Sus ojos eran más dorados que otra cosa y podía pasar horas mirándolos. Le abrí la puerta de mi oficina con una sonrisa, era jueves y básicamente cumplíamos una semana de haber tenido sexo juntos. Eso me hacía sentir un adolescente estúpido pero la verdad es que aquel sentimiento no sabía nada de edades y todo de placer. El mutuo placer de entregarnos uno al otro. Empezando la semana me habló sobre que empezaría a usar pastillas anticonceptivas y eso sólo me alegró. La culpa me envolvió cuando me di cuenta de lo irresponsable que era al tener sexo con ella sin