-Nico- -Escúchame bien, Alexandra- hablé con rudeza- No vuelvas a repetir eso, no lo hagas nunca más. Tienes en tus manos cosas por las que otros matarían, y no hablo solo de lo material-expliqué antes de que intentara intervenir- Estas sana, viva y activa. Eres hermosa e inteligente y dejas una huella en las personas que se acercan a ti con buenas intenciones- suspiré mirando esos ojos que tanto me habían cambiado- Te defiendes como una leona y eso sólo te hace más apetitosa. ¿Ya puedes ver de lo que hablo cuando digo que tu valor es incalculable? Fue su turno de suspirar audiblemente. -No sé cómo lo haces...Siempre sabes qué decir para...para quebrarme- se rió avergonzada llevando una mano a su rostro- Es tan molesto el hecho de que todo en ti me afecte. Me reí. -¿Molesto? ¡Que va