-Alex- Le leí cinco historias de terror a Anthony y más que asustarlo, se divirtió. Media hora en espera de que lo evaluara el doctor y por fin la puerta se abrió. Mi padre y la directora le seguían. La manera en la que la relajada actitud de mi hermano cambió al ver a esa mujer me dijo, no sólo a mí sino a Adrián, que algo no estaba bien. Y cuando los astutos ojos ámbar se conectaron con los míos, lo confirmé. Un chequeo en el cual me levanté de la camilla y terminé cruzada de brazos junto a la puerta. -Bien, Anthony…- el médico miró a mi padre- Todo esta bien, quizás no sea lo más oportuno pero ya se encuentra en condiciones de viajar. -Perfecto- dijo mi padre con seriedad. -¿Por qué dice que no es oportuno?- pregunté curiosa y la atención de todos se puso en mi. El doctor le dio