-Nico- Cuando el sueño por fin me venció el día estaba más que empezado, mi teléfono timbró y asustado lo tomé de la mesa de noche junto a mi vieja cama. Mis padres habían rogado por que pasara unos días en casa antes de regresar a mi apartamento y honestamente no les discutí porque no tenía cabeza para eso. El nombre de Alex iluminó la pantalla del celular y eso quitó cualquier rastro de sueño de mi cuerpo. -¿Hola?¿Hermosa? -Nico- el alma volvió a mi. Caí desparramado sobre la cama. -Dios, por fin apareces, Alex- suspiré y la escuché sollozar-¿Mi amor?¿Estas bien? -No, no lo estoy Nico- admitió y tragué grueso escuchandola llorar - te he extrañado demasiado y lamento mucho no haberme podido despedir de ti como corresponde. -No te preocupes por eso, bonita- dije con simpleza- ¿Como