—¡¿Qué diablos estás haciendo aquí?! —gruñí mientras salía de mi apartamento y cerraba la puerta para confrontarlo. —Vengo a conocer a mis suegros, ¿qué si no? Me has retado y ofendido al decir que yo no podría ganármelos, así que…—Se encogió de hombros, despreocupado. —¡Kane! Esto no es un juego, ¿vale? Mi madre sufrirá un infarto en serio, acaba de volver de Filipinas y voló hasta acá porque casi pierde la cabeza cuando vio nuestras fotos en el estacionamiento, piensa que ya perdí el rumbo y… —Y entonces lo mejor es hacerle entender que nada de eso está pasando, que somos una pareja consolidada, nada de descarriados aquí. —¡Pero no lo somos! ¿Crees que ellos no se van a dar cuenta de que es una farsa? —Bueno, florecita… Yo soy un buen actor, uno de los mejores de mi generación, dice