La Búsqueda

2045 Words
Al mismo tiempo en el que Ian aprendía a leer y escribir con Kendall, en el bar de una ciudad a dos semanas a caballo se desarrollaba la siguiente escena. Sentado en la barra del bar se encontraba un joven de unos 27 años alto y con cabello castaño y cubierto con una capa, el joven se encontraba de espaldas a la puerta mientras tomaba su bebida, hasta que una voz lo saco de sus pensamientos. -Patrick, ¿Cómo has estado viejo amigo?- El chico ahora identificado como Patrick giró su cabeza en dirección de la voz, encontrándose con un hombre de unos cuarenta años, con cabello de un castaño más claro que el suyo y salpicado de canas que se acercaba a él. -Brandon, cuánto tiempo sin verte, estoy bien, ¿y qué haces? ¿cómo has estado?- El hombre ahora conocido como Brandon se sentó al lado derecho de Patrick, mientras pedía una bebida al bar tender, y se giró para poder seguir hablando cómodamente.  -Más del que me gustaría, me estoy preparando para mi siguiente misión-. Brandon sonreía y seguía bebiendo. -Has oído los rumores-. Brandon jugaba con su bebida, viéndola girar.  -He oído muchos rumores aquí y allá, así que depende de ¿Cuál de todos te refieres?-. -Los rumores sobre el segundo príncipe-. Patrick frunció el ceño, y respondió con disgusto. -Los he oído, así que ese principito va a regresar-. La voz de Patrick sonaba irritada, y hasta aburrida, ese rumor en especial había estado en boca de todos durante todo el día, todos hablaban del regreso del príncipe Carlo, que se encontraba en otro país estudiando, desde que el rumor había empezado nadie había dejado de hablar de eso, y eso lo estaba exasperando, sabía más del regreso del príncipe que de la niña secuestrada, lo cual era un problema para él. Brandon reía a carcajadas, y con su mano libre golpeaba la espalda de Patrick, podía ver la frustración de Patrick, para él era muy gracioso que el infame Rey de los Mercenarios de Pursia se encontrara frustrado, todos los mercenarios conocían el nombre de Patrick, y su reputación, pero para Brandon que había crecido con él no era más que su huraño hermano menor. Brandon lo sabía, la infancia de Patrick lo había marcado, así que su actual misión estaba sacando lo mejor y lo peor de él. -¿Cómo vas con tu misión?-. -Todo podría ir mejor-. Patrick seguía tomando su bebida, y cada pocos sorbos la hacía girar con su mano. Patrick se sentía avergonzado por no poder encontrar a la bebé, ya llevaba casi dos semanas con la búsqueda, y aún no tenía una pista confiable, era una bebé de dos semanas de edad con características de una plebeya, y que no tenía ninguna característica aristócrata, esa información no era útil. Patrick soltó un suspiró, últimamente estaba suspirando mucho. Masajeo sus sienes, su último indicio de la sirvienta que s*******o a la bebé era su cuerpo que había sido abandonado en ese pueblo, eso complicaba las cosas, ahora tenía que encontrar a una bebe son rasgos de plebeya según decía el padre, como si eso fuese suficiente para identificarla. Un nuevo suspiro abandono sus labios. -Tranquilo, todo saldrá bien, seguramente la encontraras y rescatarás- Brandon estaba seguro de que su hermanito lo lograría, si era una misión cuya víctima era un niño, Patrick lo rescataría y se encargaría del secuestrador. Patrick se despidió de Brandon y salió del bar, al salir lo recibió la luna, colocándose correctamente su capucha se puso en marcha, se dirigió a una posada para pasar la noche. Al llegar pidió una habitación, al entrar a esta se encontró con una cama, y un escritorio con su silla. Se sentó en la silla y de uno de los bolsillos de su capa saco un cuaderno recubierto de cuero, al abrirlo, anoto lo descubierto ese día, se había quedado sin un culpable, ahora tenía que descubrir donde había estado y que había hecho con la bebé.  Anotó las opciones; Uno, vendió o entregó a la bebé, probablemente para convertirla en esclava. Dos, la mató, según  le dijeron, esa sirvienta había tenido un odio y resentimiento hacía la familia. Tres, la abandonó en algún lugar, de las tres posibilidades la última era la que tenía menos lógica, es decir, para que correr el riesgo de s********r a una niña aristócrata y solo abandonarla, pero tampoco era lógico que los secuestradores no pidiesen un rescate, suspiro nuevamente y tiro de su cabello despeinándolo así, en un intento de encontrar algo que hubiese pasado por alto, frotó sus ojos y decidió irse a dormir. A la mañana siguiente, Patrick se despertó al rededor del medio día, estaba cansado por todo el viaje que había hecho el día anterior, sentía el cuerpo ligeramente pesado, y tenía dolor de cabeza, se levantó y reviso nuevamente sus apuntes. Colocándose nuevamente su capucha salió del lugar, tenía que reunir información. Al salir se dirigió primero al centro del pueblo, más rumores del regreso del príncipe, que si viene a convertirse en rey, o a casarse, desconectó esos rumores que le eran irrelevantes por el momento, y siguió buscando, alcanzó a oír que alguien hablaba sobre el cuerpo que habían encontrado a las orillas del río, eso sí le interesaba, moviéndose entre las sombras se posiciono más cerca, para poder oír mejor. -Era una mujer joven-. La persona que hablaba era una señora mayor, sus cabellos estaba pintados de blanco por las canas, y su rostro estaba marcado por los signos de la edad. -¿Estás segura?-. La vendedora, una señora cuya edad rondaba los 40 o 50, le respondió con duda. -Lo estoy, la joven que fue encontrada no llevaba nada de dinero con ella, creen que pudo haber sido un robo que salió mal- La primera señora volvió a hablar, haciendo énfasis con las manos, mientras asentía con la cabeza. -Pobre chica, sus familiares también deben estar devastados-. La vendedora le respondió, colocando su mano sobre su mejilla en un signo de angustia. -No se sabe nada de su familia, nadie ha reclamado el cuerpo, si nadie la reclama la tirarán a la fosa común- la anciana le dijo con pesar. -Pobre chica-. volvió a repetir la vendedora. -Te imaginas que algo sí te pase, que tu hija salga y nunca regrese, que no sepas nada más de ella y la tiren a una sucia fosa común, como si fuese alguna clase de animal-. -Lo se, solo de pensarlo se me estremece el corazón- ------Punto de Vista de Patrick------ Bien, parece ser que la conversación esta empezando a desviarse, necesito hacer algo para que la conversación regrese al tema central. Levante levemente mi mano, y recitando el encantamiento en susurros hice que se regara el agua de la cubeta que estaba a los pies de la vendedora. El agua mojo los pies de la vendedora, y esta se agacho para levantar la cubeta, tomando un trapo limpio secó el agua que había salpicado en sus piernas. -Lo lamento, ¿te mojaste?, en serio, no se que pasó-. -No hay problema, no me moje, ¿de qué estábamos hablando?- La anciana estaba ligeramente confundida. -Ya me acuerdo, te estaba contando sobre la muerta, como te decía, nadie sabe quién es, pero no es de este pueblo, ni del pueblo vecino, y parece ser que recién acababa de llegar y solo estaba de paso-. Volví a suspirar, no podía ser tanta mi mala suerte, bueno, al menos sé que no había estado aquí por mucho tiempo, y que probablemente no debería perder más el tiempo en este pueblo, ya que al parecer nadie la conocía. El siguiente pueblo está a tres días de viaje a caballo, otro suspiro se me escapó, me marche de ahí, después de todo ya había obtenido la información que necesitaba.  ------Fin del Punto de Vista de Patrick------ Patrick se dirigió al establo en el que había dejado a su caballo, después de alimentarlo, él mismo salió a comer, sacó nuevamente su cuaderno, y anotó lo que recién había descubierto, la mujer acababa de llegar, y la única persona que la había visto llegar decía que la mujer había llegado dos días antes, y que no venía con nadie ni llevaba ningún tipo de equipaje, estaba completamente sola. Eso quería decir, que la mujer se había deshecho de la bebé, antes de llegar a ese pueblo, así que ya no tenía nada que hacer en ese pueblo, aunque primero investigaría un poco, la muerte de la mujer podría estar ligado con la desaparición de la pequeña Iris. Tres días después, ya había descubierto todo sobre el asesinato de la sirvienta, y para su pesar, esto no tenía nada que ver con la bebé. Simplemente, Clara, la sirvienta, había salido durante la noche, encontrándose con un borracho que trató de asaltarla y abusar de ella, ella se resistió y el borracho en un intento de callarla tapo su boca con su mano, Clara lo mordió y él la soltó y la empujó, Clara cayó al suelo, y el borracho se posiciono encima de ella, ella forcejeo y no dejaba de gritar, el borracho asustado la disparó, y ella cayó muerta, el borracho robó todo lo que ella llevaba y huyó del lugar, la investigación había sido toda una perdida de tiempo, y eso lo hizo enojar. Montándose en su caballo se marchó del pueblo, el siguiente pueblo estaba ligeramente lejos, la lluvia lo tomó por sorpresa, aún estaba muy lejos, y ya se había alejado bastante, esperando que la lluvia amenguara se refugió en una cueva cercana, todavía era temprano, y la lluvia parecía que no duraría mucho. A lo lejos vio una silueta, era un joven que llevaba una canasta en sus brazos, al acercarse pudo verlo mejor, era un joven de rasgos delicados de unos veinte años, no era muy alto, y su larga cabellera rubia estaba despeinada y cubría su espalda, sin duda un portador. Llegó corriendo y al verlo se detuvo de golpe, se miraron por unos segundos, antes de que el joven rubio entrara en la cueva y se posicionará a una distancia considerable de él.  -Qué valiente o estúpido de tu parte el acercarte a mí como si nada-. Patrick le habló al joven con una sonrisa socarrona plasmada en su rostro. -No es valentía, sé que soy capaz de vencerte si intentas algo-. El joven limpiaba el lodo de su ropa mientras hablaba, hablaba con una calma, inclusive un poco arrogante mientras examinaba las plantas de su canasta. -Wow, una pequeña fiera-. Patrick reía levemente por el comportamiento de su acompañante. -Una actitud tan desagradable, no va bien con una cara tan bonita-. Patrick hablaba y se acercaba al joven tomando su rostro con una mano, y obligándolo así a que lo mirara. Patrick sonreía hasta que sintió que algo tocaba su costado, al bajar la mirada pudo ver que el joven lo apuntaba con una daga. Patrick soltó una carcajada, y se alejó. -Eres toda una fiera, me gusta-. -No me importa si te gusto o no, acércate a mí nuevamente y te mataré-. -¿Qué hace un joven tan bonito como tú en un lugar tan lejano?-. Patrick se apoyó sobre la pared contraria, en una pose que él consideraba sensual. El joven al ver su intentó de coqueteo río. -Algo que no te interesa- -Vamos no seas así, solo quiero conversar un rato hasta que pase la lluvia-. Le volvió a sonreír. -Que te parece si voy primero, me llamo Patrick, y solo estoy de paso-. -¿Qué te hace pensar que te diré mi nombre?- después de mucha insistencia por parte de Patrick, el joven soltó un suspiró y al fin accedió. -Me llamó Kendall, soy el sanador del pueblo-.  Patrick sonrío, ya tenía un nombre para su pequeña fiera. -¿Qué te trae a este bosque?-. -Sabes, eres bastante entrometido. Pero si tanto quieres saber, vine a recolectar algunas plantas para mis pócimas-.  La lluvia empezó a aminorar y Kendall con un movimiento de su mano se despidió de Patrick, dando comienzo a su regreso al pueblo. Patrick lo miró por unos segundos antes de sonreír y seguirle.
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