Brandon sintió un golpe de aire y se apresuró a taparse. Al dar la vuelta no podía creer lo que sus ojos veían. Su Aless estaba en su habitación.
-Perdon, golpee pero nadie atendió- mintió a la vez que daba media vuelta completamente roja.
-Dame un segundo que ya vengo- dijo antes de sumergirse en el baño para vestirse. Una vez tapado se dirigió a la joven que estaba recorriendo su cuarto. -ahora estoy vestido. - sumó con una sonrisa soncarrona y acercándose peligrosamente.
Aless observó su cuerpo completo, mordiendo su labio inferior. Sus pectorales estaban muy marcados y los abdominales eran una tentación para cualquiera.
-Deja de mirarme así, Aless. Sigo siendo hombre y tu una mujer que despierta hasta a un muerto.
-¿Disculpa?- sus pensamientos la llevaron al sueño. Sin dudas se veía mejor que en el sueño. ¿Se sentiría también mejor?
-Que dejes de mirarme así, Less. Nunca te olvidé y nunca lo haré. Si no dejas de verme así no respondo de mis actos.
Como que la charla se había desvirtuado y comenzaba a tomar un color que parecía gustar a ambas partes, pero no era a lo que venía. ¿A qué venía?
-A disculparme, venía a disculparme- trató por todos los medios de mirarlo a los ojos, pero su sonrisa la llamaba a solo unos diez centímetros más abajo. -quería disculparme por cómo te hablé y si te hice sentir mal quiero que me digas que hago para que me perdones.
Brandon mordió su labio inferior, por lo que ella dirigió su mirada ahí. La punta de su lengua pasó alrededor de esos labios gruesos con los que ella había soñado.
-Bésame. - pidió el.
Ella lo miró a los ojos y se imaginó sus propios labios perdidos entre los suyos de tan finos que eran.
-No creo...
-Si quieres que te perdone, bésame Less- interrumpió su queja.
Indecisa e insegura no encontraba el modo de mover su cuerpo. Brandon bajó su rostro aún más cerca de lo que ya estaba, a sólo un par de centímetros de los labios de Aless. En sus pupilas veía la velocidad de sus pensamientos, la lucha interna entre hacerle caso o huir. Ella quería besarlo, estaba seguro, y un sentimiento de esperanza despertó en su pecho.
Solo un beso. ¿Qué podía pasar si solo le daba un beso? Pues nada, él la disculparía, ella trataría de hablar con más tacto y todo volvería a la normalidad. Nadie se muere por un beso, ¿cierto?
Alessandra acortó las distancias y su labios se rozaron. Un roce que puso la piel de gallina en ambos. Brandon profundizó el beso tomándola de sus mejillas. Ella posando sus manos en su cintura. La piel caliente y erizada de Bran, le hicieron sentir viva y a él se le escapó un gemido.
Una de las manos de Brandon tomó con fuerza la nuca de Aless y con la otra se deslizó delicadamente hasta su cintura. La pegó todo lo que podía a él y recorrió toda su espalda con la mano firme. Ella, en cambio, metió sus brazos más atrás en su cuerpo, subió sus manos por los costados de la columna desnuda de Brandon y las bajó con las uñas rozando su piel.
Brandon reaccionó llevando los cuerpos de ambos contra la puerta. Sus cuerpos no podían estar más pegados y el beso se tornó desesperado. La temperatura aumentó drásticamente y ambos se negaban a separarse ni siquiera un instante.
Los pezones endurecidos de ella rozaban el pecho de él en cada movimiento. Hacía tanto tiempo que no se sentía tan deseada que no podía recordar la última vez que estuvo con alguien.
La hombría de él ejercía presión en el vientre firme de ella y le recordaban que alguna vez, aunque sea en su mente, sus cuerpos se pertenecieron. Ese pensamiento movió cada fibra sensible en los jóvenes. Él despidió una lágrima, que no sabía reconocer si era anhelo, ilusión o saber que nunca pasaría nada más.
Ella suspiró, apoyó una mano en su pecho y trató de separarse.
-Espera, Brandon. No podemos hacer esto.
-¿Porque? ¿Qué te lo impide, Less?
-Yo no puedo hacer esto. Si queremos que todo salga bien, esto no puede pasar.
-Puede si queremos y te aseguro que nadie lo sabrá- él podía ver la lucha interna que tenía su amada.- Piénsalo.
Retrocedió un paso y Aless abandonó la habitacion a la carrera.
-Por supuesto que nadie lo sabrá- Se dijo pensando en la conversación y mirando el sobre que había escondido en el bolsillo trasero de su pantalón.