Alessandra ingresó a la biblioteca, donde sabía que se encontraba Mauricio tomando un café.
-Tengo un trabajo extra para ti- dijo una vez que se dió cuenta que estaban solos.
-Bien. Dime de que se trata y te ayudo. -respondió tan tranquilo como interesado.
-Antes tienes que redactar un contrato de confidencialidad y jurar que nunca nadie sabrá sobre esto.
-Espero que no hallas matado a nadie, porque puedo ser tu abogado defensor, pero si dejaste evidencia, igual irás a la carcel- trató de bromear. - Esto de los contratos y la confidencialidad se está dando mucho en mi vida. Ya lo redacto mientras preparan la cena y te aviso para que pases a firmar.
-Está bien. Voy por un café y algo para merendar.
-Anda tranquila que yo te aviso. -antes de dejarla marchar, comentó- La película ya terminó y Noemí preguntó por ti. De echo tito mandó a preguntar por ti.
Aless hizo un intento se sonrisa y tomó rumbo a la sala de invierno como la llamaba su tito, por estar rodeada de cristales que permitían apreciar el campo, y contar en su interior con estufa y sofá de interiores.
Estuvo tan perdida con el beso de Brandon que ya no sabía en que estaba.
En la sala, tanto Javier como Noemí miraban otra peli.
-Hijita.- se aseguró que su sobrina la mirara antes de continuar. - Se que no me queda mucho tiempo y quiero que sepas que te quiero mucho. Estoy muy feliz de que estés acá y de poder sisfrutar a la princesa.
-Lo sé tio- una lágrima traicionera corrió por su mejilla. - Yo también estoy feliz de estar acá. y de pasar tiempo con ustedes.
-Estaría buenísimo que te quedarás, hermana. Hay mucho para hacer y está casa no se verá igual sin ti. -se entrometió su hermano.
-Lo voy a pensar. Igual no creo que sea lo mejor. La princesa tiene sus estudios allá y sus amigos y todo.
-Mami, yo puedo ir a una escuelita de acá. Queda cerquita. ¿Verdad tíos?
La boca de la joven se abrió y trató de regañar el comportamiento de los adultos.
-Me parece que dos caballeros han estado hablando mucho con usted, jovencita. -dirigió la vista a los adultos y agregó- y ustedes dejen de dar ideas que no saben si tengo trabajo o novio en México.
-Si tuvieras novio lo habrías traído contigo- se defendió Darien-
-¿Quién tiene novio? - preguntó al ingresar Bran.
La joven bajó la mirada al darse cuenta de que no venía solo, sino acompañado de Mauricio y de Fiorella.
-Nadie, amigo. Estamos tratando de convencer a la terca esta de que se quede en Uruguay. - trató de cambiar de tema Darien. - Hay muchos negocios pendientes y a la niña le gusta mucho el campo.
-Que bueno que le guste, porque en este país no hay otra cosa- dijo Fiorella.
-Este país es más que campo. Acá hay paz, aire puro y libre. Si no te gusta no se porque no te has ido para otro- le respondió Darien cuando vio que su hermana comenzaba a enojarse.
-Cuando nos casemos con Brandon nos vamos a España- remató la joven.
-Tu no puedes casarte con el doctor porque no voy a dejar que te lo lleves.- pensó en voz alta la niña. - sino ¿quién me va a enseñar a andar a caballo?
Su madre miró a los presentes, los caballeros largaron la carcajada por tan osado comentario y Fiorella hizo cara de asco al repasarla con la mirada.
-Él se va conmigo. ¿verdad amor?- se dirigió con una sonrisa se suficiencia a Brandon.
-No tengo pensado abandonar mi país, asique si quieres irte, no nos podemos casar- le contestó con ambas Palmas arribas haciendo alusión a lo obvio.
-Si se harán sacrificios por amor, Muchacha. Este joven tiene mucho para hacer por estas tierras. - intercedió Javier- ¿sino quien cuida mis campos?
Fiorella asentó su cara de asco. Para ella vivir en el campo era lo peor, pero el dinero le daría sus recompensas y podía dedicarse a viajar. Ya había hablado con el abogado Madeiro y le había asegurado que un tercio de la fortuna del moribundo iba para Du doctorcito.
-Solo estaba bromeando, señor. jajaja. Miren que serios han quedado todos. - trató de alivianar el ambiente.
-Yo no hago broma, y el no se va a casar contigo porque se va a casar conmigo- dijo la niña indignada.
Los adultos largaron la carcajada y Brandon se agachó para darle un beso en su mejilla y agregar.
-Sería un honor casarme contigo, princesa.
Sus ojos viajaban entre la pequeña y su madre.
por otro lado, todo estaba en marcha.