Amor prohibido. Reencuentros y venganzas.

Palabras cruzadas.

Darien miró entre su hermana y su mejor amigo sabiendo que el reencuentro se dio demasiado aprisa, sin planearlo.

En su mente tendría tiempo para hablar a solas con su hermana y aclarar que su secreto seguía siendo muy bien custodiado.

-No sabía que tu atendías a mi tío. Me gustaría una charla familiar.-fueron las únicas palabras que pudo decir Alessandra para invitar al doctor a retirarse.

Brandon sintió su piel erizarse al escuchar su voz después de tanto tiempo. Así mismo era un profesional y debía actuar correctamente. Se dio media vuelta, la observó a los ojos, ojos que no lo veían a él directamente, emitió una sonrisa de labios apretados y agregó pocas palabras antes de retirarse.

-Los dejo solos con el paciente. Cualquier duda saben donde encontrarme, Darien.

Su amigo lo miró a los ojos y le presionó levemente el hombro antes de que se retirarse de la habitación.

-¡Nunca creí sobrevivir hasta este momento, queridas! Denle un abrazo al tío Javier. - agregó su tío para romper la tensión del momento.

-No digas eso tito. Por supuesto que íbamos a venir, porque tu no has viajado y las videollamadas no son suficientes. -contestó la joven antes de abalanzarse en la camilla y besar repetidas veces a su papá del corazón.

-El miedo a las alturas no me permite viajes largos, mi niña. Se demoraron en regresar. Es el deber de ustedes tomar el mando de los hoteles. -trató de argumentar Javier.

La cara de pocos amigos de Aless le dijo que era un tema que no tenía intenciones de tocar. Así mismo, no podría evitarlo para siempre.

-Tío, nosotras no nos vamos a quedar mucho tiempo. Los tres adultos en la habitación sabemos que no es lo que planeo.

-¿Planeas dejar a mi niño solo cuando muera en un mes o menos? Es la única familia que te queda, Alessandra. Sabes que tienes un pasado aquí y debes resolverlo. Huir no hará que desaparezca. -Le dijo en tono neutral Javier.

-Tu no puedes decirme que voy a abandonar a mi hermano ya que eres tu quien no quiere luchar por su vida. ¿Porque no peleas? Nunca te abandoné, tito. No lo hagas tú.

Darien notó que la conversación estaba tomando un rumbo de adultos y decidió que era momento de sacar a Noemí de ahí.

-Nena, ¿vamos con el tío por un chocolate caliente?- Le susurró a la niña.

-¿Puedo ir con el tío, mami? Prometo portarme bien.-

Su madre tenía un reto de mirada con su tiempo pero aún así siempre tenía oídos para su nena.

-Ve cariño. Tómalo en la cafetería para no ensuciar nada acá. - Le contestó mirándola a los ojos y con una sonrisa.

Apenas Darien se retiró, Aless volvió su mirada a su tío quien no dejó escapar la oportunidad para seguir con la discusión.

-¡Tu no vas a decirme que no quiero luchar después de que huiste de este país como una delincuente! ¿Le dijiste a tu hija quien es su padre?- la joven abrió los ojos grandes, creyendo que su hermano le había contado todo a su tío, -¡No porque eres una cobarde! entonces no me vengas a decir a mi hasta cuando tengo que luchar.

-Nunca lo entenderías, tito. Era mucho para mí. Hago lo que puedo por mi hija y solo espero que de verdad esté ayudando y no undiendote más y más. -Le contesto mientras gruesas lágrimas cruzaban por su mejilla.

-Esperé que el tiempo y la distancia acabaran con tu ceguera. Ya veo que no sirvió nada más que para acrecentar tu odio. Tienes que hablar con él, mi niña. Esa es mi última voluntad.

Alessandra no soportó la presión y salió disparada de la habitación.