Llevaba un par de meses trabajando de voluntaria y aunque no era fácil ver a todos esos niños abandonados y personas adultas sin familia y sin alguien que les diera el amor que ellos necesitaban, aprendí que nosotros estábamos allí para, al menos, paliar esas carencias, así que me esforcé todo lo que pude en ello. Era impresionante ver la cantidad de gente que había viviendo en la calle de las zonas cercanas de la ciudad, con la donación de Dalton se pudieron comprar varios medicamentos, teníamos lo esencial en la enfermería. La señora Ruiz, era una doctora de mediana edad, ella me ha estado enseñando todo lo que sabe, algo que le agradecí mucho, cada vez me dada cuenta que esta era mi profesión. Un día les prepare a los niños y adultos algo dulce para comer para salir un poco de la rutina