Capitulo 2

2227 Words
Violeta Al parecer querer tener una buena vida no es lo mío, hace exactamente media hora, me despidieron del empleo que creía que iba a durar toda una vida y que pensé que podia morir de vieja, era un pequeño restaurante que quedaba a menos de una hora de mi departamento, desde que tengo memoria es en el único trabajo en donde he durado tanto, creo que me darían una medalla por la empleada del año, hasta que en la mañana nos reunieron a todos los empleados, dos meseros, dos camareras y la cajera, esa soy yo, para informarnos que el restaurante estaba en bancarrota y que por cuestiones de dinero lo iban a vender, no podian más, Los señores Solis me conocían desde que tenía dieciocho años, cuando llegue desesperada pidiendo trabajo, para ayudarme a salir adelante con un bebé en mi vientre, me quede, no pude aguantar más y llore, me dolia muchísimo dejar este lugar, era mi segundo hogar, la señora Micaela me abraza, los demás se marchan a buscar sus cosas e irse de este lugar que tantos dolores de cabeza nos dio, me separó y me despido de ellos, busco mi bolso y salgo, quería estar sola, así que decidí caminar a casa, además de que no tenía un peso para el autobús, así que la opción de caminar es mejor, ahora que haré sin trabajo, debo dos meses de renta y no puedo pedirle nuevamente a mi mamá porque sé que volverá con el tema de nuevo que no puedo vivir sola y es mejor que me vaya con ella a Texas y lo que menos deseo es eso, mama descartada por ahora, no tengo a más nadie, solo a mi mejor amigo Marcos, pero si a esas vamos, si yo no tengo, él menos, es por asi decirlo sumamente inestable en cuanto al dinero, saco mi teléfono y decido enviarle un mensaje que me quede sin trabajo, no tarda en llegar su respuesta que llevara helado y papitas e ira a mi casa en la noche, cuando levanto la mirada de mi teléfono, ya estaba frente a mi departamento, entre lo más silenciosa posible, porque si me veía otra vez la señora Carmen, insistiría nuevamente con el pago, abri la puerta y entre, deja caer mi mochila en el mueble y fui a la cocina a prepararme una taza de café bien fuerte, deje el agua que se calentara y me fui a cambiarme por algo sumamente más cómodo, salgo y ya el agua está lista, busco el café y me deprimo al ver que solamente me quede para un día más, termino de hacer el café, agarro mi taza y voy a sentarme en el mueble, esto era lo que necesitaba, un café para olvidarme de todos mis problemas, necesitaba buscar una solución, tengo muchas deudas, suena mi teléfono y es mi madre, no, esta vez no, dejo que suene, en algún momento se cansara y lo hizo, termino mi café y voy a darme un baño hasta que aparezca Marcos por esa puerta, el agua está sumamente fría, ayer nos informaron que el calentador se dañó y necesitaba dinero para mandar a arreglarlo y yo sin un peso, termine de bañarme, me puse mi pijama y fui nuevamente al mueble a esperar mi helado y llorar por mi vida, tocan la puerta y es Marcos, lo abrazo y me pongo a llorar, él me dice que me calme y vamos a mi cuarto. —No llores más, un amigo de la oficina me comentó que estan buscando chica joven para trabajar en una casa de familia, el sueldo es muy bueno, me dió los datos y la dirección — me mira. –¿Cómo? ¿Tan rápido? — me levanto del mueble sin poder creer lo que me está diciendo — Este es el lugar — me ofrece un papel y está la dirección — te vas bien arreglada, sé que te darán el empleo. —Pero ¿De qué es? — no quería ser obligada a otras cosas. —No le pregunté — toma mis manos al ver dudas en mi — yo te llevaré, ya que no tengo que ir a trabajar, mejor empezamos a comernos estos helados que desde que los compre estoy con las ganas. Le acepto la propuesta y empezamos con esos helados, esspero que sea un trabajo que me guste y que el pago sea bueno como dijo el amigo de Marcos, porque la dirección es de una de las zonas más ricas de México, Empresarios y todo tipo de gente adinerada son los que viven ahi, solo espero que esté a la altura, estoy muy agradecida por su ayuda, sé que puedo contar con él en todo, decidimos salir a bailar un rato, me cambie y me puse un vestido un poco ajustado y unos botines, me hice un moño y salimos, no era de maquillarme, prefiero lo natural, además el ser tan rubia y tan blanca me hace ver un poco mayor al maquillarme, por eso descarto todo eso, agarro mi bolso y salimos de la casa y fuimos a una pequeña discoteca ubicada al norte, hoy no iba a probar ni una pizca de alcohol, solo quería despejar un poco mi mente y relajarme para estar mañana frente a lo que seria mi nuevo empleo, baile como nunca, pero siempre de la mano de Marcos, no queria ningún hombre sobrepasarse conmigo, varias veces me ha pasado, salgo de fiesta cada vez que puedo, pero eso no quiere decir que sea una mujer que no se dé a respetar, no, eso jamás, disfrute de la noche hasta que mis pies no pudieron más, eran las dos de la mañana y ya no podia más, le dije a Marcos que nos fuéramos, pedimos un taxi y fuimos hacia mi apartamento, el taxi primero me dejaria a mí y después lo llevaría a él a su casa, llegamos y él se baja conmigo. —Nos vemos más tarde — besa mi mejilla — veras que todo será mejor a partir de hoy. Se sube nuevamente y me lanzs unos cuantos besos, me rio y entro, necesitaba un buen baño y descansar para la cita de trabajo de mañana, me quite toda la ropa y entre a la ducha, el agua estaba sumamente fría, termine y busque mi pijama para ponérmela, me meto bajo las sabanas bien calentitas y me dormí. **** Suena el despertador, lo agarro y eran las siete de la mañana, me tapo de nuevo y suena el teléfono. —Mm — tenía mucho sueño. —Contaré hasta tres violeta, si no te levantas, vamos a tener problemas, en cinco estoy allá — me grita — levántate floja. Le cuelgo, Dios que insoportable se ponía a veces, salgo de la cama y voy al baño, el agua está en el punto para bañarme, me cepillo los dientes y me lavo la cara, salgo y voy directo al armario, aquí la decisión más difícil de mi vida era que ponerme, revise arriba abajo y de abajo arriba y nada me gustaba, todo era sumamente informal y vestidos demasiado cortos para una entrevista de trabajo, me senté en la cama estresada hasta que abren la puerta y salgo rápido a ver quien es, Es marcos con una bolsa, me la entrega. —Sabia que te ibas a poner toda histérica por no tener que ponerte, así que te compre algo, barato, no te emociones. —Gracias, Gracias, eres el mejor — beso su mejilla y voy al cuarto para cambiarme. Era una camisa manga larga, una falda de tubo y unos pequeños tacones, sencillo, pero muy bonito, me miré en el espejo y parecía una mujer con una vida casi perfecta y con un futuro comprometedor, pero nada de eso era cierto, solo era una chica de veinte años con miedo al futuro y lo que pueda traer, aparte esos pensamientos y sali, Marcos me miraba encantando con el resultado, me deje el pelo suelto y aplica un poco de rubor y listo, salimos fuera y nos subimos al auto de Mary, era la hermana mayor de Marcos, cada vez que podía le prestaba el auto, pero con la condición que lo cuidara, nos fuimos, estaba nerviosa, no quería decir o hacer algo mal en este empleo, lo necesitaba y quería hacer las cosas bien por una vez en mi vida, llegamos a una pequeña residencia con casas hermosas, esta gente era sumamente rica, llegamos a la vivienda donde sería la entrevista, me quede rato viéndola, todo en esa casa era sumamente maravilloso, mire a Marcos y él estaba igual de asombrado que yo, dijo que estaría dando una vuelta para conocer y que le enviara un mensaje cuando todo terminara, me baje del coche y camine, al llegar, el vigilante me mira . —Buenos Días, Señorita ¿Que desea? —Buenos Días, una cita de trabajo — dije nerviosa. Le informa algo a otro vigilante y me deja pasar, me abren la puerta y una mujer mayor de una cincuenta años me recibe, me pasa a una habitación y me dice que espere que ya la Señora me va a atender, me siento y espero, veo todo y me asombro del dinero que gastaron los dueños para tener una casa como esta, siento unos tacones y me acomodo mejor, al levantar la mirada, frente de mi está una mujer alta, con un vestido de color rojo marcando cada una de sus atributos, era hermosa, castaña y unos ojos color mieles. —Hola mucho gusto, mi nombre es Dayana Montecarlo — me ofrece su mano y gustosa se la recibo — ¿Qué edad tienes? —Tengo veinte años, Señora Dayana — estaba nerviosa. —Eres muy joven — mira mi hoja de vida — ¿Por qué quieres el trabajo? — Siendo sincera Señora, lo necesito, Aprendo rápido y soy puntual. Ella me mira y la verdad estoy un poco incómoda. —Bueno — duda un poco — te daré una oportunidad, espero no me defraudes, Violeta. —No lo haré, Señora. —La espero mañana a las ocho, quisiera dejarle instrucciones de lo que puede o no comer mi hija, espero y tenga paciencia también, sé que el trabajo de una niñera suele ser fuerte, por eso le pagaré un sueldo justo. Mi mente se fue cuando dijo niñera, iba a matar a Marcos, no me llevo bien con los niños y ellos mucho menos conmigo, la prueba está en mis propios sobrinos que ni me quieren, como decir que no, eso sería quedar en mal, Marcos me las iba a pagar, me despido de la Señora y salgo, fuera me esperaba Marcos, al entrar, le di un golpe fuerte en el brazo. —Oye, ahora que hice — se queja. —¿Cómo me llevo con mis sobrinos? — le pregunto. —Pésimo, ni te quieren. —Entonces si sabes como es mi vida cerca de los niños, porque me consigues uno de niñera — le grite. —Calma fiera, yo no tenía ni idea que el trabajo era ese, además, sé que puedes, o te vuelves loca o amaras a la niña. Solo espero que la niña sea un Ángel. Fuimos a un restaurante a celebrar mi nuevo trabajo, iba a invitar el, claro, ordenamos nuestra comida y disfrutamos de un pequeño concierto que daba un grupo nuevo, el ambiente era sumamente agradable, nos divertimos mucho, terminamos y me llevo al apartamento, nos despedimos y entre, Cuando estoy por abrir la puerta me llama Carmen, la cereza que le faltaba a mi pastel, la miro y le doy la sonrisa más bella. —Llevas dos meses de renta, Violeta, tú sabes que te aprecio mucho, pero no puedo ayudarte más. —Si, lo sé, Señora Carmen, pero ya consegui trabajo y mañana mismo empiezo, solo pido que me espera hasta que me paguen — la miro. —Está bien, cuídate mi niña. Se va y ya puedo respirar mejor, término de entrar, dejo mi cartera en la mesa y procedo a quitarme los tacones, me estaban matando, comienzo hacer unos huevos y tostar pan, termino y me siento en el mueble a comer mientras veo una serie, mi celular suena es mi mamá. —Diga señora — mientras me como el último pan que quedaba. —No hables cuando estés comiendo Violeta, eso se ve mal — ruedo los ojos, ya empezó. —Está bien ¿Cómo están todos por allá? —Bien, tu hermano lidiando cada vez con los gemelos, están cada día más tremendos y tu hermana está demasiado ocupada con su carrera, Sabes que falta poco para que sea su graduación ¿Vas a venir? —Todavía no se mama, he conseguido empleo. —¿No te vienes? — escucho reproche en sus palabras. —Mamá, no empecemos, solo quiero que me apoyas y estés para mí — me quejo. —Bueno — suspira — te dejo, hablamos luego. Y como siempre me cuelga el bendito teléfono, siempre es lo mismo, estoy cansada del tema una y otra vez, me pongo a limpiar y acomodar todo, termino y quedo con un cansancio tremendo, voy a mi habitación acostarme, a veces quisiera que todo con mi mamá fuera distinto, espero que algún día fuera si.
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