—Hay que hacer una lista—dice sentada en detrás de su gran escritorio.
Al entrar estaba todo lleno de polvo. Nadie entraba porque era un lugar donde solo la diosa luna podía entrar. Limpió el escritorio como pudo y la gran silla. Luego el joven se sentó en la silla que había frente al escritorio.
— ¿Hay manadas cerca?—pregunta Daniela.
—Si mi señora—dice.
— ¿Cuántas?—
—Unas 3 manadas—contesta.
— ¿Hace cuánto surgieron? ¿Cómo se llevaban con nosotros?—
—Tienen 20, 18 y 15 años. Nuestra manada está abandonada desde hace 2,500 años, solo la generación de los que trabajaron en el castillo permanecimos aquí—dice.
—Bien... Hay que mandarles cartas para que nos presten una ayudita si gustan—dice y mira al muchacho—, pero necesito a mis amigos—dice y se levanta.
—Puedo ir redactando si gusta mi reina—dice.
—Excelente idea—dice y sonríe—eres muy útil—añade.
—Puedo hacer un borrón, leerla y usted me indica si está de acuerdo o no—dice.
—Maravilloso—dice—yo contactaré a alguien que me servirá de mucho—habla con la mirada perdida.
El muchacho procede a salir. Y Daniela se queda pensando si es una buena idea o no llamarlo.
«Digamos que es mi amigo... Aunque me ande cortejando cada que pueda»
—No me queda de otra, con él sería más fácil—dice dando vueltas por todo el lugar. —Está decidido, le llamaré. Astaroth, Astaroth, Astaroth—llama tres veces y espera un rato. Pasaron 3 minutos y nada—Maldito hijo de perra... —dice dándole al escritorio.
—Aún con esa boca tan sucia sigues siendo encantadora para mí—dice haciendo que ella brinque en su lugar.
— ¿Me quieres matar de un infarto?—dice golpeando su hombro. Este sonríe mostrando sus hoyuelos, blancos dientes y colmillos algo largos.
—Así te tendría en el averno para mí—comenta recostando su pelvis del escritorio.
— ¿Disculpa? Soy una D-I-O-S-A—habla acercándose a él y tocando tu larga melena.
—Como que se te ha subido a la cabeza—sonríe de lado.
—Puede que un chin—dice sonriendo.—Quiero que contactes a los chicos y que vengan aquí, quiero que me ayuden en algo que planeo hacer y es grande, y, no puedo hacerlo sin ustedes—comenta aun con su mechón de pelo n***o entre sus dedos—me gusta tu cabello—alaga.
—Y a mí me gustas tú—dice serio.
Daniela lo mira con cara de 'déjate de estupideces'— ¿Lo harás o no?—pregunta.
—Estoy a tu disposición—dice y toma tu mano y le da un beso—mi lady—dicho esto se desvanece en el aire.
Daniela expulsa todo el aire de sus pulmones. «Sí que es candente»
La chica sale y se dirige al pueblo a tomar unos apuntes.
—Este lugar es una mierda, pero me encargaré de que vuelva nuevamente a la vida—dice en voz alta mientras camina por las calles destruidas.
Se notaba que el lugar antes era precioso. El castillo quedaba en centro de todo. El pueblo es gigantesco, costará repararlo así por así. Tenía que hacer una lista de prioridades.
—Oh por todos los dioses ¿que ven mis ojos?—dice alguien. Daniela voltea y es un anciano con su bastón. La mira con cara de asombro mientras se tapa la boca. Al igual que el hombre que lo acompaña, la mira con asombro—e-e-es la diosa luna—comenta y empieza a llorar—ha vuelto, el ciclo no se había roto—dice poniéndose rojo del llanto.
Eso enterneció a Daniela—Awwww, no llore que me hará llorar—dice y se acerca y lo abraza.
El hombre la abraza fuerte y sigue su llanto.
—Sabía que no nos ibas a desamparar—dice.
—Claro que no lo iba a hacer, solo nací siglos y siglos después, pero aquí estoy—comenta.
—Vamos adentro Dante, necesita descansar—dice el hombre.
— ¿Hay más personas viviendo entre las ruinas?—pregunta algo sorprendida.
—Así es, son un total de 50 personas que se negaron a abandonar el lugar—dice—es curioso pero algunas esas personas no han muerto aún, Dante es un ejemplo viviente, conoció a tu antecesora, este lugar mantiene la vida, y va como suero de miel de abeja. No son inmortales, pero aquí el pasar del tiempo en el cuerpo transcurre más lento—comentó.
Daniela asiente—Descuida, ya no vivirán en éste estado—dice—Te doy mi palabra—añade.
—Le creo—asiente y lleva a Dante consigo.
«Lo primero será arreglar las casas de los que aún viven aquí...»
Así transcurrió su tarde, tomando apuntes y descubrió que es mucho más de lo que se ve a simple vista que hay que arreglar.
(...)
A la mañana siguiente la puerta del aposento de Daniela suena. Se levanta a regañadientes y ve el reloj.
¡LAS 6 A. M!
Abre la puerta con su cara entruñada (molesta/con el ceño fruncido/cara de pocos amigos) — ¿Qué?—dice.
No era nada más ni nada menos que Astaroth.
Se queda un momento observándola y sonríe un poco—Me gusta cómo te vez por la mañana—dice. Daniela gruñe y hace el intento de cerrar la puerta, pero Astaroth fue más rápido y puso su pie, para luego abrir y entrar.
Daniela camina hasta su gigantesca cama, si, es muy, muy grande, pueden acostarse 6 personas y estar cómodas. Se tumba nuevamente boca abajo y trata de reconciliar el sueño.
—Me contacté con los muchachos y le dí la información de tu mensaje—dice Astaroth, quitándose los zapatos y acostándose al lado de Daniela—dentro de tres días llegan—dice mirando el techo—No se puede usar magia para llegar más rápido, para salir sí, pero hay un campo que evita que lleguen así de sorpresa—continúa hablando. —Por suerte estaban todos en casa de Shanelly. Samuel y jazmín se preparaban para volver a Boston y... —
— ¿Puedes simplemente dedicarte a dormir?—le pregunta Daniela sentándose—tengo sueño, cállate y duérmete—dice y cae en la cama boca abajo nuevamente.
Astaroth suspira. Los demonios no duermen, puedes hacerlo si les place, pero no es algo que le haga falta.
Mira a Daniela y suspira nuevamente, es curioso sentirse en paz siendo una criatura de destrucción aunque ¿Quien decidió que los demonios sean los malos? Está claro que su actitud y eso, pero, no todos son tan crueles, ósea, si son crueles, pero no todos lo son en exageración.
Cierra sus ojos y sorprendentemente cae dormido.
(...)
9:30 A. M.
Daniela ya está bañada y vestida.
Tiene la lista en manos y su bolígrafo.
Se queda observando a Astaroth, parece relajado, sus facciones son finas y masculinas ¿qué contradictorio no? Se le ve mejor mientras duerme.
«Que guapo está, quien diría que es un azaroso cuando se lo propone»
—Sé que soy bello, pero no me mires así y más cuando es la primera vez que lo haces con esa intensidad—comenta con voz tranquila y con sus ojos aún cerrados—me inquieta—dice.
Daniela le lanza su almohada—Imbécil—se queja y camina hacia la puerta—Te quiero en la cocina en 5 minutos y trae mi lista—comenta saliendo.
—Mi diosa—escucha que la llaman a sus espaldas. Para y voltea y ve al guardia que estuvo con ella en el despacho—hice los borrones de las cartas ya—dice al alcanzarla.
—Estupendo—comenta y empieza a caminar junto con él—Me dirijo al comedor ¿vienes?—pregunta.
—Si no es molestia—dice algo tímido, ya que Daniela ha sido muy amable.
Daniela niega—No, para nada. No me molesta—comenta.
Siete minutos después llegan al gran comedor.
—Este sitio es impresionantemente grande—dice asombrada.
—Y eso, que aún no ha visto el 100% del lugar—dice el guardia.
Daniela asiente y se dirige a una mesa para 6.
El comedor está compuesto de muchas mesas diferentes, como tipo restaurante, pero hay una mesa que resalta de todas, y es una rectangular para 20 personas. Al fondo está como un desayunador donde se ven a los chef cocinar y poner los alimentos para que la servidumbre lo distribuya.
—Buenos días—habla una señorita inclinándose.
—Buen día—sonríe Daniela.
—Buen día—dice el guardia.
— ¿Qué desea para desayunar?—pregunta aún con la mirada gacha...
—Pues... Dame un momento, te informo ahora—dice y se dirige hacia el chico— ¿Ya te desayunaste?—pregunta.
—No mi señora, pero no sé moleste los guardias comemos en... —
— ¿Qué tienen para preparar dos desayunos?—pregunta Daniela a la chica.
—Tres desayunos—dice Astaroth entrando.
—Bien, tres desayunos—dice Daniela.
—Se les puede preparar Hot Cake con miel y fresas, más unas galletas de avena, fruta picada y un zumo (jugo) de naranja—habla. —Hay otra opción de tostadas con mantequilla de maní, fresas picadas y batido de guineo con fresa—dice.
—El de los Hot Cake suena bien—dice asintiendo— ¿Qué opinan ustedes?—dice.
—Me gusta ese también—dice Astaroth.
—De verdad mi señora, no se preocupe por eso... —dice el chico pero fue interrumpido por un zape (golpe, pescozón, cocotazo) que le dio Astaroth entre la nuca y la cabeza.
—Deja la modestia—dice.
El chico se soba apenado—Los Hot Cake están bien—dice.
La chica se va y ellos se sientan a esperar.
—No hay de qué preocuparse, no te puedo tener pasando hambre cuando necesito de tu ayuda—dice Daniela. — ¿Tienes planes para el resto del mes? —pregunta.
—Tengo guardia del lado sur a las 12 p.m. Y entrenamiento los demás días—dice y Daniela asiente.
—Olvídate de eso, estarás conmigo por estos días—dice y el chico abre los ojos en su totalidad—si quieres claro—dice.
—Me es un honor trabajar con usted, el problema está en el general mi señora—dice agachando la cabeza.
—Iré a buscarlo para que Daniela hable con él, si mi diosa quiere tu ayuda la tendrá—dice parándose y mirando a Daniela esperando una confirmación.
—Eres un amor, por favor mira a ver si lo ves—dice sonriéndole.
Astaroth le guiña un ojo y sale.
Daniela planeó con él en los próximos 20 minutos, si, 20 minutos y el desayuno aún no estaba.
Llega Astaroth con el hombre detrás, y éste al ver al muchacho pone cara de enojado.
—Mi diosa ¿está Benjamín en problemas?—dice haciendo una reverencia y dando mala cara al muchacho y este palidece.
— ¿Qué? Nonononono—dice rápido—al contrario, me gustaría que me ayudara en un nuevo proyecto que tengo en mente, cuando lo tenga todo concreto lo haré público—dice sonriente y el hombre asiente—Él me ha servido de mucha utilidad y me gustaría que esté conmigo, claro, si se puede y no hay problemas con eso de faltar al entrenamiento por un mes, más o menos—dice y el hombre se queda pensativo—, necesito toda la ayuda posible para remodelar este lugar—agrega.
—Estoy 100% de acuerdo. Me alegra de que Benjamín le sea útil—dice y pone una mano en su hombro— ¿Quién lo diría e? Ayudando codo con codo a la mismísima diosa luna. Estoy orgulloso de ti—dice riendo—no dude en pedir más ayuda mi reina—dice.
—Claro, todos colaboraran solo tengo que concretar las ideas—dice—otra cosa, dentro de unos tres días aproximado, vendrán unos amigos míos, son en total 5, para que los deje pasar por favor—añade.
—Gracias en informar eso, lo tendré pendiente—dice y se retira.
El desayuno apareció inmediatamente el hombre cerró la puerta. —Lamento la gran demora mi señora, tenemos un solo chef, pero le prometo que no volverá a pasar—dice la chica haciendo una reverencia.
—No te preocupes por eso, se entiende que es uno—dice. Tomando los desayunos y colocándolos en la mesa.
La chica se retira—Esto luce bien—dice Astaroth.
Y en silencio devoraron sus desayunos.