—Es hora de levantarse su majestad—habla una señora de aspecto riguroso. Abre las enormes cortinas y el sol entra en toda la habitación.
Daniela gruñe y abre los ojos de manera pesada, ve a mujer y esta hace seña en su reloj.
—Ya son las 1 y hay que hacer la cama—dice. Daniela se da vuelta y se tapa de pies a cabezas.
La sabana que la cubría se eleva por los aires, Daniela refunfuña y patalea. — ¿¡Acaso no puedo dormir tranquila!? Estoy de vacaciones por amor a Zeus—dice Daniela irritada.
—Tiene almuerzo a las 3—dice la mujer doblando la sabana gracias a su telequinesis—usted fue invitada al banquete de los duques del norte, un gran privilegio le fue dado—dice mirando a Daniela que la mira con ganas de darle un golpe.
—No voy a ir a ningún almuerzo—dice ella aun acostada y cruzándose de brazos. —Privilegio deberían sentir ellos de que yo asista—dice dándole la espalda.
—No entra en discusión, tiene que ir—dice haciendo que Daniela se eleve por los aires.
Ella se mueve incómoda tirando varias maldiciones en la mente. Es dejada con cuidado en el suelo.
Daniela se cruza de brazos— ¿Por qué tengo que ir?—pregunta.
—Porque fue invitada y... —
— ¿Acaso no le han dicho que las invitaciones son opcionales?—pregunta molesta—salga de la habitación y no vuelva a entrar y dígale al tal señor que no voy a ir porque usted me despertó de la peor manera—comenta caminando hacia la cama—y si vuelve a usar sus poderes conmigo le separaré la cabeza del cuerpo—dice y se tira boca abajo—que se largue, le dije—comenta al final.
La mujer está sorprendida de esa actitud.
Alistark entra y ve a la mujer ahí y luego a Daniela en la cama—Pensé que ya estabas lista—comenta él. Ella se sienta en la cama y lo mira de las peores formas posibles.
— ¿Entonces pedazo de mierda fuiste tú quien me mandó a despertar así?—pregunta señalando las ventanas—No voy a ir a ningún lado, ya hablé ¿okey?—pregunta.
Alistark niega y suspira.
—Dorotea, discúlpela, no tiende a ser así, es por la forma en la que se ha despertado—dice con una sonrisa forzada—Mi amor me dijiste lo del tour hoy, por eso te mandé a despertar antes de que los dos soles se oculten—habla y ella asiente lentamente.
—La otra que iba a ser su esposa me caía mejor—dice susurrando por lo bajo Dorotea dando la vuelta.
— ¿Disculpa?—dice Daniela y la mujer frena en seco. La había oído.
Alistark gruñe hacía Dorotea. Menudo lio.
—N-no, nada señora—dice la mujer que miró de reojo los ojos encendidos de Alistark.
—Pues, ustedes lo que pueden hacer es buscar a esa mujerzuela y que vaya con ustedes—dice Daniela parándose.
—Daniela... —
—Déjalo así Alistark—comenta ella tomando una toalla y yendo hacia el baño—Dorotea le encargo que llame a esa zorra y que vaya ella con Alistark, y si, es una orden por encima de Alistark—comenta entrando al baño.
Alistark suspira, agarra a Dorotea del brazo y sale con ella molesto.
—Al parecer a usted no le quedó claro que cuando aquella joven estaba aquí era por convenio de sus padres, por un trato, no porque ella me interesaba en lo absoluto—comenta él. —Si mi mate termina odiándome aun cuando está ya marcada, usted y su familia recogerá su equipaje y se largará del palacio a sus tierras—dice entre dientes y la suelta, para entrar a la habitación.
Daniela seguía en el baño, pero minutos después sale vestida. Las manchas ya estaban en las orejas. Ésta se para frente al espejo y se tapa las orejas con el pelo, ignorando completamente la presencia de Alistark.
—Daniela, la joven que estuvo aquí, no estuvo aquí porque quise, iba a hacer un trato con sus padres que incluía casarme con ella, pero no lo hice, me arrepentí—habló y ella asiente. —¿No dirás nada?—pregunta.
Ella asiente otra vez—Que me lleves a casa—dice y él se levanta y niega—si me vas a llevar—habla y el de nuevo niega.
—Te daré el tour—habla y ella niega.
—Ya no me interesa, me quiero ir—dice.
—Daniela, por favor te lo acabo de explicar—habla quejándose Alistark.
Ella solo lo mira—Está bien, no me lleves—dice y sale de la habitación con él detrás de ella.
En éste lugar había más personas que en el de ella, todos con colores vistosos le hacían una reverencia, que lamentablemente ella no notaba por estar sumida en sus pensamientos y en su molestia.
— ¿Me podría decir dónde está la salida principal?—pregunta Daniela a un guardia—por favor—añade.
El hombre al verla abre los ojos sorprendidos y se le cae el arma y el casco.
—M-mi r-eina, cla-claro que si—dice y se arrodilla—es un honor estar en su presencia, no sabe cuánto me alegro que esté con nosotros aquí—dice y se levanta. Dejando confusa a Daniela, ni siquiera la habían visto bien y ya sabían de ella—la puerta está doblando en ésta esquina a la derecha, dos izquierda, una derecha y ahí verá la gran puerta—dice y Daniela le agradece y se despide.
Alistark seguía detrás de ella, y ella lo sabía, sólo que lo ignoraba.
Siguiendo las indicaciones vio de lejos a Dorotea con una chica muy linda a su lado. Muy arreglada, un vestido hermoso hasta los tobillos, guantes limpios y pelo arreglado. Eso causó más incomodidad en Daniela ya que nunca se había presentado así.
¿Y si en su estadía siempre vestía así de glamurosa? Pensó Daniela. Le dio completa vergüenza y hasta se sintió inferior por un momento, hasta llegó a compararse con aquella chica y definitivamente sus pensamientos la hundieron más.
Cruzó al lado de ellas y la chica la miró sorprendida, luego a Alistark, luego a Daniela.
—Ella es... —dijo.
Su voz, muy delicada. Otra comparación más que Daniela hizo, otro golpe.
—Es mi Reina—dice Alistark pasando por el lado de ellas.
La joven dio vuelta para caminar detrás de Alistark.
—Luce algo... Diferente—comenta tímida, tratando de no insultar a Alistark.
—Es única—habla él—completamente—recalca.
Algo de envidia cruzó por la joven ¿quién lo diría? Vio las ropas de Daniela y deseó vestirse así por un día, vio su aura y deseó tenerlo ella, esa fuerza que emana de sus ojos.
La chica seguía caminando tres pasos por detrás de Alistark, mientras ella veía a Daniela caminando delante de él.
Daniela para y mira hacia atrás, Alistark estaba algo apartado de ella. —Vaya, ahora tienes cola—comentó con sorna ella—muévete e, que no tengo todo el día—dice y empieza a caminar de espaldas, dándole el frente a Alistark y a la chica que no caminaba a su par.
—Los pasillos son extremadamente largos—es lo único que añade Alistark.
Paola, que es la joven que camina detrás de él, se sorprende por cómo ella le habló.
—Sinceramente me caga caminar tanto—dice Daniela y se para, ahora estaba enojada y cansada—y no me puedo devolver porque está lejos también—dice y refunfuña.
Alistark se ríe y ella lo mira mal y lo señala. Él se detiene pero aún mantiene la sonrisa.
—Eres toda una vaga—dice acercándose y cubriendo la cara de Daniela con una de sus manos.
Daniela lo manotea—Déjame en paz, que es tu culpa—dice y se aleja. — ¿Y tú qué? ¿Qué me ves? ¿Te debo algo?—pregunta acercándose a Paola.
Ella niega rápido. Daniela se termina de acercar, Paola era más alta que ella.
—No, no, no es nada—dice rápido y Daniela asiente lentamente.
Alistark toma a Daniela de la cintura y la aleja de Paola