–¿Dónde has estado? Tienes apagado el celular –la reprendió Jenny. –¿Qué te pasó en la cara? – cuestionó al ver rasguños leves en su rostro. –Es una larga historia… –intentó explicar mientras entraba al departamento. –Perdí mi mochila. Me asaltaron ayer tres tipos ayer, sigo viva con suerte –argumentó. –Dios mío, Kloe –susurró su amiga y deprisa la abrazó. –¿Estás bien? ¿No te pasó nada grave? ¿Quieres ir al hospital? ¿te hicieron algo? Esos malnacidos –bociferó. –Salí librada, me salvaron –sonrió levemente. –¿Quién? ¿Spiderman, Batman? –la tenía sujeta de los hombros. Kloe suspiró. –Habla Kloe. –James. –¿James? – puso un gesto estupefacto. –¿Hay algo que ese hombre no haga bien? – cuestionó al cielo. –Cualquiera hubiera salvado a una chica en apuros –exclamó. –Sí claro… –rodó los