—Su majestad... hay otra cosa que deseo pedirle —dice la muchacha esta vez con más reverencia. —¿Que sucede? —pregunta Morgana viendo como Dalila fue con rapidez buscándole una bata, y ya se la estaba poniendo —, por cierto, quiero comer primero con Aslan, luego comienzas a vestirme —explica la muchacha caminando hacia la mesa donde ya Aslan estaba sentado, mirándola con una sonrisa. Dalila caminó rápidamente detrás de ella, y cuando el príncipe y la reina tomaron asiento, la sierva se quedó de pie frente a los dos que comenzaron a comer. —Verá... su majestad —Dalila traga saliva. —Ya dime, Dalila —dice Morgana tomando un sorbo de su zumo de frutas. —Desearía que otra sierva atienda al príncipe Ezequiel... —murmura Dalila y al instante Aslan la miró de reojos. Él estaba bebiendo de su