Aslan vio aquel lugar donde se encontraban, a pesar de que estaba muy deseoso de hacer suya a Morgana, él se acercó a la peluca que ella usaba para disfrazarse, la recogió del suelo sin saber en que momento llegó ahí, y luego se la puso a la rubia sin mucho cuidado.
—Vámonos a otro lugar, me acosté aquí contigo porque supuestamente eras una cortesana y, no me dejabas ir mas allá de tu “supuesto trabajo” —dice Aslan sonriendo —vamos al palacio, como debe ser.
Morgana abrió sus ojos de par en par.
—¿Qué? ¡No puedo, y si nos descubren! —exclama Morgana de inmediato, a lo que Aslan le responde:
—No nos descubrirán, ya verás —dice Aslan guiñándole un ojo a la chica.
Un par de minutos después cuando la reina rey se acomodó, los dos se van tomados de la mano y la muchacha se coloca su antifa
