Scarlett —¿Y entonces qué sentiste cuando el médico te dijo que estabas embarazada? —pregunté. —Al principio se me paró el corazón, literal, luego me sentí demasiado feliz, aunque tenía demasiado miedo, estaba muy feliz —contó Lucy. —¡Te felicito mucho, Lucy! Ya quiero que nazca para poderlo cargar —hablé ilusionada. —O poderla cargar —agregó mi amiga. Solté un gritito muy agudo. —¡Ay! Ya quiero que nazca. —Lucy rio, yo estaba más emocionada que la pareja. —Scar, ya hablamos mucho de mi bebé, ahora cuéntame de ti. ¿Cómo llevas la ruptura? —interrogó mi acompañante con preocupación. Chasqueé la lengua, ya había olvidado ese tema. —Lucy, ya ni lo recordaba —me quejé—. ¿Pero sabes? Ya no duele, creo que quiero viajar en el tiempo y pegarle a mi yo del pasado por llorar por una bobada,