Cuando Clarisa llegó a la oficina, se sorprendió mucho de ver a su jefe allí, dormido sobre el escritorio, desde esa distancia podía ver los papeles esparcidos a su alrededor y el ordenador aun con la pantalla encendida. No llevaba ropa de oficina, iba vestido de forma casual. Lo primero que pensó fue en despertarlo, pero luego se le ocurrió buscarle un café para luego preguntarle si quería algo de desayunar. Al pasar por el escritorio de Selena, esta detuvo a la nueva secretaria. —¡Clarisa!— le llamó. —¿A dónde vas con tanta prisa? —El señor Dimou está dormido en la oficina, le buscaré un café. —Espera, creo que Alexander no toma café. Me parece. Clarisa se detuvo, si no tomaba café ¿qué podían hacer por el? Se acercó a Selena en busca de una idea. —Creo que ha amanecido allí