Después de que Gor recogió a su madre en la sala de llegadas y la llevó a casa, decidió hablar con Alexia sobre el divorcio. Gor ya sabía, que Lex le había enviado documentos preliminares sobre el mutuo acuerdo. En este momento, sabía que estaba haciendo lo correcto. Era la hora de poner fin a este matrimonio irreal. Sería mejor para todos. En primer lugar, para la propia Alexia. “Tiene solo treinta años, es una mujer bastante joven, guapa y con dinero. Ella será feliz. Finalmente tendrá a ese marido a quien siempre trató de moldear de mi con sus métodos equivocados.”- pensó él entrando en su habitación. Alexia estaba en la cama, a pesar de que ya eran las once de la mañana. – Buenos días, – dijo Gor, sentándose en el borde de la cama. – Oh, querido, no te esperaba tan temprano, — ronro