Durante todo el día, Melisenda pensaba en el incidente, que tuvo en el aeropuerto. Ella y su hija fueron para recibir a Luigi, él volvió aquí por negocios para un par de días y se alegró mucho de verlas. Ella se distrajo por un segundo y Erika casi se cae bajo las ruedas de los carros de equipaje, si no fuera por el hombre que rápidamente la agarró y así salvó a la niña de posibles heridas. Cuando vio, que era Gor, se le puso la piel de gallina. Tenía mucho miedo de que pudiera pensar que era su hija. La miró con tanta atención, que Melisenda, por el miedo y el susto, no pudo acercarse a él por la niña, sino que envió a un guardia. Ella despidió al guardia de seguridad, que no controló bien la situación y no reaccionó de inmediato, sin darle la oportunidad de justificarse. Él no hizo su t