Él tenía miedo de quedarse dormido, porque parecía, que todo era simple sueño. Gor miraba con ternura a la mujer, que dormía a su lado, su mujer. Le importaba poco que estuviera casada. Esta noche era suya, lo que significaba, que sería suya para siempre Todo resultó fácil y natural para ellos. La llevó a su apartamento, que, cuando ella apareció allí, finalmente se despertó y se convirtió en una casa familiar, llena de amor. Incluso los escalones de la escalera de roble crujieron a modo de saludo, cuando él llevó a su mujer al segundo piso. Y luego… De alguna manera recordaba vagamente lo que sucedió a continuación. Recordó haberle quitado los alfileres de perlas de su trenza maravillosa. Recordó el peso y la sedosidad del cabello suelto. Recordó el susurro de su vestido, que caía al