~Tres años después~
— ¡Mamá! Sun volvió a pintar mi dibujo
— ¡No eh verda!
Entendí difícilmente, aún le cuesta pronunciar bien algunas palabras. El sonido del timbre del ático, nos interrumpió.
— ¿Quién es, mamá?
— No lo sé… No esperamos a nadie.
Me acerqué a la puerta y la abrí, dejando pasar a la persona.
— ¡papá! —Dijeron las dos pequeñas al unísono, mientras iban directas a abrazar al chico.
— ¡Viniste! —añadió la mayor de las dos niñas entre los brazos de su padre.
— No iba a perderme tu cumpleaños por nada del mundo, pequeña.
Dijo mientras revolvía el cabello de la pequeña.
— ¿¿Te quedarás a dormir?? —preguntó ansiosa.
— ¡porfi papá! —suplico esta vez la pequeña.
— Eso deberías preguntárselo a vuestra madre primero, si ella me deja yo me quedaré.
— ¿¡Puede quedarse mamá!?
Tenía la mirada de súplica de los tres, puesta en mi.
— está bien, puede quedarse. —suspiré rendida a las miradas de cachorro que pusieron ambas niñas.
— ¡sii! —festejaron ambas.
— Vayan a jugar, mientras hablo con mamá.
Las dos pequeñas asintieron y salieron de la entrada. Quedando sola con San, era realmente incómodo
— Siento haber venido sin avisar, tenía vacaciones así que decidí venir… No quería perderme su cumpleaños, si te incomoda, me iré a dormir a un hotel
— No pasa nada, San. Puedes quedarte
La puerta abrirse nos interrumpió.
—- ¡Ya estoy en casa niñas! ¡Traje un regalo! Oh hyung…
Si antes era incómodo, esto se puso aún más. Joan dejó en el suelo, un pequeño cachorro de pastor alemán. Sonrió avergonzado, mientras llevaba su mano a la nuca.
— ¿He interrumpido algo? —el chico de tatuajes se rasco la nuca nervioso e incómodo por la situación. El no tenía una buena relación con San desde que el y yo dejamos nuestra relación amorosa de malas formas.
— No Joan, creo que es mejor que me vaya… Volveré en otro momento. —dijo el un poco avergonzado por la abrupta escena.
Era obvio que no esperaba que Joan apareciera después de tanto tiempo y tampoco era consciente de que vivíamos juntos.
El chico se dirigió a la puerta, decidido a irse
— No San… —solté aún sin saber cómo afrontar volver a verlo después de tanto tiempo.
— ¿¿Papá dónde vas??
Hae se fijó en su padre, mientras que Sun fue directa a los brazos de Joan. Incomodando aún más la situación
— Me voy a la sala con Sun y el cachorro, los dejo solos.
Sin más, Joan se alejó por el pasillo, junto a la pequeña y el cachorro. era obvio que no quería molestar y que sabía que había una charla pendiente por parte de San y yo. Lástima que yo no esté preparada para eso y que ahora mismo no quiera tener nada que ver con padre de mis hijas.
— ¿te vas, papá?
— amh yo… —él no sabía que decir, no esperaba encontrar a sus hijas sonriendo con otro hombre.
— No claro que no Hae, San solo iba por hielo. Pero he recordado que no hace falta —dije intentando animar a mi pequeña.
El chico se alejó de la puerta y fue hasta la pequeña, se agachó a su altura. Me dolía ver esta situación, pero el mismo se la busco por dejar de lado a su familia y centrarse en otras cosas.
— Hae… Hoy debo irme, pero mañana pasaremos el día juntos ¿vale?
— ¿¿por qué papá??
No me gusta que las niñas tengan que vivir en esta situación. Pero las cosas salieron así.
— Hae no me lo pongas más difícil, por favor. Mañana estaré aquí por la mañana iremos a Central Park ¿vale?
— Está bien, papá.
Dijo la pequeña, en un tono decaído. El chico abrazó a la pequeña, para luego depositar un tierno beso, en su pequeña frente.
Después la pequeña se alejó por el pasillo. Después se escucharon unas risas procedentes de la sala, eran de Joan y la pequeña Sun. Quienes debían estar jugando con el nuevo cachorro. Ellas eran tan felices con Joan, que llegaba a molestarme que San apareciera ahora queriendo ser el padre del año. No podía dejar de lado mi rencor, el me había abandonado cuando más lo necesite.
— ¿Mañana las recojo aquí o en casa de tus padres?
— Joan las llevará a casa de mis padres. Puedes recogerlas allí
Realmente hacía dos años y medio que no veía a San, las veces que él ha visto a las niñas ha sido con mis padres, con los que sigue teniendo relación hoy en día.
— Está bien, oye… Me alegro de ver que todo te vaya bien.
Estaba a punto de irse, pero hablé primero.
— espera… El sábado habrá una cena en casa de Jimin y Lauren, irán todos los chicos. Se que ya te lo han dicho, pero te has negado… Por favor, ve. Jimin quiere que vayamos todos, tiene una noticia que darnos.
— prometo que me lo pensaré, pero no que vaya.
Asentí, el chico suspiro para luego salir por la puerta. Suspiré mientras me recargaba y me dejaba caer por la puerta, hasta acabar sentada en el suelo, con las rodillas contra mi pecho.
A los minutos Joan se sentó a mi lado, suspiró igual o más pesado que yo.
— Castlie, todo está bien. Lo acabarás superando.
— Ya son casi tres años, Joan, y aún me cuesta mirarle a la cara…
— no llores pequeña, Cookie está contigo.
El chico me abrazó, mientras acariciaba mi espalda. Le debía tanto a Joan, gracias a él había sobrevivido con dos niñas pequeñas. sin duda le debía la vida.
Me hubiera gustado que esto hubiese sido diferente. No acabar así… Pero, él tampoco hizo nada para impedirlo.