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2097 Words
Llevé a las niñas al apartamento de Teo, después de haber comido en uno de tantos puestos de comida rápida, de Central Park. Me encargue, de pasarme antes por el hotel en el que me estaba quedando. Cancelé la reserva y recogì mis cosas. Teo no llegaría hasta la noche, así que tenía el apartamento para mi solito y las niñas. — ¿Qué debería hacer con vosotras, ahora? Pregunté al ver cómo la pequeña Sun bostezo, mientras se frotaba los ojos. Deduzco que tiene sueño, lo entiendo, llevan desde las ocho de la mañana despiertas. Pero Hae está totalmente energética, literal lleva media hora persiguiendo a tannie… Hay me doy cuenta de los genes… obviamente Sungi es igual de perezosa y dormilona que yo. Y Hae es todo un terremoto, como lo era Hee. — ¡Papá juguemos a atrapar a tannie! Dijo con énfasis, no creo que tannie aguante más… El pobre perro está escondido debajo de la mesa, mientras la pequeña Hae intenta sacarlo tirando de sus patitas. Pobre perro. Por otro lado, Sun se limitaba a mirarla desde la comodidad del gran sofá, color gris. Me acerque a Hae y la sujete en brazos por su espalda. — ¡Papá! ¡Casi lo había atrapado! — Pequeña no creo que tannie quiera jugar, es hora de dormir la siesta. La deje sobre el sofá, junto a su hermana. — Pero no tengo sueño, Papá Habló, mientras se cruzaba de brazos, formando un puchero molesto. Sin duda estas niñas son mi debilidad… Suspiré. — Esta bien, ¿que se supone que quieres hacer? Sin salir del apartamento. — Umh… ¿¿podemos ver dibujos?? No me pareció una mala idea, Sun podría dormir. Mientras Hae ve los dibujos, tranquilamente. O eso pensé yo... Todo estaba yendo bien, Sun estaba tumbada en mi pecho, mientras se iba durmiendo. Hae estaba distraída con sus dibujos, hasta que empieza a gritarle a la televisión ¿¿que le pasa?? Me asuste, lo admito. — ¿¿Qué haces?? ¿Por qué gritas? Pregunte confuso, la pequeña me miró como si nada. — Es que no me oye, Papá. Dijo con cierta molestia, ¿¿de que habla?? — ¿Qué? ¿¿Quién no te oye?? ¿Hablara con su amigo imaginario o algo así? Los niños son tan raros… — Es Dora, no me oye. Le estoy respondiendo, el zorro está detrás suyo, Papá. ¡Le va a pasar algo malo a Dora! ¿¡Por qué no me oye!? ¿¿Está sorda o qué?? — Quién te ha enseñado estos dibujos, por dios. Has despertado a tu hermana… — fue Joan. — Lo imaginaba. Dije con cierto rencor. Y pensar que Joan era como un hermano pequeño, para mi. Lo sigo apreciando, pero me duele. Siento que él solo quiere apartarme de mi familia, siento que él quiere mi puesto. Tal vez me estoy cegando por los celos… — Hae, es un dibujo animado. No te oye, porque no es real. — ¿no es real? Negué con la cabeza, está formó un puchero molesto. — ya no me gusta. Sentenció, para levantarse del sofá y dirigirse al gran pasillo. Ay no… Deje a la pequeña Sun, ya dormida sobre el sofá, con cuidado. Para después, salir tras Hae. La busqué en la primera puerta, que había al entrar en el pasillo. Era un baño, el baño principal. Ni rastro de Hae, en este. Pero si de tannie, quien estaba escondido de la pequeña. Escuche un pequeño estruendo, que procedía de la habitación del fondo. Me diriji a esta rápidamente entre, y me encontré a Hae, pintando en uno de los lienzos en blanco de Teo. Observe la habitación, esta debía ser la sala de arte de Teo. Viendo la cantidad de cuadros, lienzos y pintura. — ¿¿Qué haces?? Teo me va a matar… — Tio Teo me deja pintar, cuando vengo a su casa. — ¿venís muy a menudo a casa del tío Teo? — Si, cuando mamá y Joan tienen que ir de viaje, por el trabajo de Joan. — ¿siempre lo acompaña mamá? La pequeña asintió. En cierta parte me molesto, pero no tengo derecho a hacerlo. — ¿Cómo es Joan, con mamá? La pregunta me salió sola, pero quería respuestas. No puedo quedarme con la duda, de que Joan es un alcohólico. — Joan es muy bueno, juega mucho con Sun y suele ser quien me lleva a la escuela. Él se preocupa por mamá, casi siempre están juntos. La pequeña estaba entretenida, pintando. Sun comenzó a llorar desde la sala, salí de mi ridículo trance de celos. Y fui directo a la sala, por la pequeña. Esta estaba llorando, la sujete en brazos — Quiero a mamá Dijo aun con lágrimas en los ojos. Deje salir un largo suspiro, mientras intentaba calmarla. — Tranquila, Sun. Hae apareció por el pasillo con todo el cuerpo lleno de pintura color azul y roja. — ¿¿Qué hicistes, Hae?? — Me caí, papá. Me manche un poquito Hablo mientras se frotaba las manos en la ropa, llenando esta aun mas de pintura. Teo me va a matar. — necesitas un baño urgente, si no me mata Teo, lo hará tu madre. Ya Sun tranquila — Joan suele cantarle, cuando llora. — Si le canto yo, llorara más… ¡Sun vamos a jugar con el agua! Dije intentando sonar divertido, los niños no son lo mío, pero lo intento. Eso es lo que cuenta ¿no? Parece que eso de jugar con agua le agrado, ya que dejó de llorar y llamar a su madre. Sabía perfectamente que era muy probable que Sun llorará llamando a su madre, ya que literalmente la mayoría de niños lo hacen. Punto de vista de Khloe Comí con Joan en casa, hablamos de cosas de su empresa. Es común que hablemos de trabajo mientras comemos, Hae lo suele hacer, de sus clases. Es como una rutina, aunque a veces yo no estoy, por trabajo. New York es la ciudad que nunca duerme, así que, es todo un desfile de asesinos psicópatas. Por no hablar de la cantidad de delincuentes que pisan la comisaría diariamente. No me gusta del todo que las niñas se críen en New York, pero no hay de otra. — volveré a la comisaría — ¿Ya te vas? ¿No es pronto? Preguntó, mientras se cambiaba la camiseta de pijama, por una sudadera negra. — si, pero quiero centrarme de lleno en el caso. Mañana empezaré a trabajar con San y prefiero tenerlo todo listo. — no es una competición, por ver quien es mejor inspector Castlie. -— lo se. Además él lleva un año más que yo trabajando. — no tardes en llegar a casa, yo iré a casa de Yug. Dijo mientras acababa de vestirse. — esta bien, nos vemos en la noche. Deje un beso en su mejilla y salí de la habitación, recogì mi abrigo antes de salir por la puerta. Baje a bajo por las escaleras, llegué al parking y entre en el Chevrolet Tahoe, color n***o. Me dirigí directamente a la comisaría, esperaba que estuviera tranquila. Para poder trabajar, sin interrupciones. En cuanto llegue, me senté en mi escritorio, junto al de Ryan, Exposito y el de Jackson. Releí el informe del caso, no tenía nada más. Hasta tener los resultados de la autopsia, pensé en ir a visitar a Yauren un rato. Pero prefiero que se centre en el cadáver. Podía ver a mis padres, trabajando en un nuevo caso, en el despacho de mi madre. Por alguna razón, mi madre no quiere que entre a sus casos. No lo entiendo, pero lo respeto. — oh Khloe, qué haces aquí tan pronto, ni Esposito llegó. —se sorprendió Ryan — Me aburría en casa, así que, aquí estoy. — ¿por qué no has aprovechado para salir con Joan y las niñas? Deberías tomarte más tiempo libre, te pasas muchas horas aquí — las niñas están con San. — ouh. Aún puedes salir con Joan y despejarte de las niñas y el trabajo, aprovecha. Dicho eso se alejó por el pasillo, el tío Ryan me cae realmente bien, sin embargo. Su mujer Jenny sigue insistiendo en que tenga algo con Nicholas. Le importa literalmente una mierda mi opinión, tenga o no pareja, siempre querrá que esté con su hijo. Así que, evito a toda costa coincidir con ella y pongo excusas para no ir a su casa. Decidí hacerle caso, Ryan tenía razón. Llevo mucho tiempo en la misma rutina, trabajo, casa; casa, trabajo. Llamé por teléfono a Joan, mientras bajaba por el ascensor de comisaría. Este no tardó en contestar. — ¿Si? ¿Pasó algo, Castlie?—respondió con preocupación, Joan. — ¿estás haciendo algo importante? — cuéntame que pasa. — Es para salir un rato… osea no te preocupes entiendo que estás ocupado con Yug. Olvida lo que dije. — Castlie, no tengo nada más importante que hacer, que estar contigo. Recogeme en la puerta del edificio de Yug, te espero. Sonreí, me despedí y colgué el teléfono. Para entrar en el coche. Y dirigirme, al edificio de Yug. Punto de vista de San Menudo lío hicieron en el baño, casi inundan el baño de Teo. Incluso metieron a tannie en la bañera, cuando me despiste. Saque primero a Sun, la deje sobre la cama, enrollada en una toalla color azul celeste. Después me encargue de sacar a Hae, igual que a su hermana, la enrolle en la toalla y la deje sobre la cama. Para volver al baño y encargarme de tannie, quien parecía una rata mojada. Lo enrolle en otra toalla y lo deje en el suelo, a este no pienso subirlo a la que será mi cama. Me centre en secar y vestir a ambas niñas, les puse su pijama a casa una. Ya vestidas me dispuse a secar y cepillar el pelo de cada una. Para lo pequeñas que son, tienen el pelo bastante largo. Hae lo tiene más rubio oscuro, y Sungi lo tiene totalmente n***o, cosa que hace resaltar sus ojos grises. Cosa que obviamente sacó de su madre. Físicamente solo tiene el color de los ojos de su madre, ya que literalmente tiene mi cara. No lo digo yo, si no todo el que la ve. Rato más tarde, me metí en la cocina, para preparar la cena. Me tocó secar a tannie, con el maldito secador. Si lo llego a dejar como estaba, lleno de pintura y mojado, Teo no me volverá a hablar en toda su vida. También me tocó sacarlo a la calle, con las niñas en pijama. Ya que este se puso a llorar en la puerta de la calle, no se si lo hacía porque tenía que salir a hacer sus necesidades o porque no aguantaba más con las dos niñas. Me voy más, por la segunda opción. Me puse el delantal y rebusqué en el frigorífico, que tenía de comer Teo. -— ¡quiero hacer una pizza, papa! Dijo emocionada, al ver la masa en el frigorífico. — ¿seguras? — ¡sii! —dijeron al unísono. Suspiré, para luego sacar todos los ingredientes necesarios, para hacer una pizza casera. No pensé muy bien en cómo hacer una pizza con dos niñas de cuatro y tres años. Harina, Suciedad. Eso había por toda la cocina. Suelo, encimera, mi cara. Todo lleno de harina, todo blanco. Por no hablar de cuando llegó la hora del tomate… Pero lo importante fue, que las dos pequeñas se estaban divirtiendo conmigo. Las dos niñas reían y eso me llenaba de paz, ¡ellas se estaban divirtiendo conmigo! Sin duda era uno de los mejores días de mi vida, entre esos días, está el nacimiento de Sun, el día que encontramos a Hae y el día que conocí a Castle. Al final nos salió una pizza bastante decente, incluso me atrevería a decir que estaba buena. Lo complicado viene ahora, debía conseguir que las dos niñas se durmieran pronto. Nos tumbamos los tres en mi cama, les puse la televisión, para que les entrara sueño. Como esta tarde, Sun se durmió bastante rápido y fácil. Está estaba totalmente dormida en mis brazos, mientras Hae me habla de quien es la barbie purpurina y que diferencia hay entre la barbie sirenita y la barbie princesa marina o yo que sé que mierdas. La cuestión es que ella no parecía tener el mínimo sueño, al contrario que yo.
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