Después de dos meses, el vientre de Nirella comenzó a crecer, ella ya se había acostumbrado a vivir junto Almira, quien siempre se quejaba por todo pero siempre que Nirella se sentía mal ella la cuidaba y le daba medicina herbal. Nirella se sentía feliz cada vez que sentía al bebé moverse, ya que le recordaba que ya no estaba sola en el mundo, en ese lugar Nirella se sintió libre por primera vez, ya que ahí no debía complacer a nadie ni tenía que tener cuidado con sus modales, ahí simplemente podía hacer lo que quisiera. Ella ayudaba a la anciana a recoger hierbas y a recoger verdura del huerto, como Nirella casi no sabía cocinar la anciana se tomó el tiempo de enseñarle y también le enseño a preparar algunos cuantos medicamentos con las hierbas. Un día mientras estaban preparando un tó