Nirella se terminó el té que la anciana le había dado y después fue a buscar a Kailed, le dio la cena, ella lo llevó a su cama y se acurruco a su lado. Kailed se parecía mucho a Jonas y eso Nirella le daba mucho miedo, ya que siempre se preguntaba si él lo reconocería cuando lo viera, si se daría cuenta que aquel niño era su hijo. Ella lo abrazo con fuerza al imaginarse que Jonas le quitara a su hijo, ella sacudió su cabeza para alejar esas ideas y se dijo así misma que eso no pasaría. A él ella nunca le había importado y lo más seguro era que tampoco le importará su hijo, lo había vuelto a comprobar ese día cuando la había obligado a ir con él, solo para poder realizar la ceremonia de separación aun cuando ella le había rogado con lágrimas que la liberará. *** Jonas y los guardias ha