Kalen.
—¿Van al rio?. —mi papá aparece en pantalones cortos abriendo la heladera.
—Si, quedamos en ir a bañarnos con los chicos. —estoy preparando los mates para llevar y una masa para hacer pizzas a la parrilla que ya la dejé lista así no amaso allá.
—Bueno, acuérdate que tenemos iglesia.
—Si.
—Ya estoy Kali.
—Dale, vamos entonces. —vamos con Duhan y Ñawi.
—A las seis tienen que estar aca.
—Si papi, venimos a esa hora. —manejo hacia el rio donde nos juntamos siempre con mis primos, es cerca del pueblo así van ellos de ahí también, y porque nos mantienen vigilados, hicimos un trato que solo los mayores de quince años pueden ir para no andar de niñeros de nadie.
—Espero venga Benaias, eh Kali.
—O Baram. —Duhan me mira de mala manera, pero si molesta yo también.
—Que nombres más raros.
—¡Ay hola, Ñawi!. —con Duhan nos reímos a carcajadas—. Ninguno de nosotros tenemos un nombre normal.
—No es normal para los blancos, para nosotros re normal.
Niego riendo porque es dura como un becerro, es igual que mi papá, se le mete algo a la cabeza y no hay como sacárselo. Cuando llegamos ya están casi todos, bueno, los que no tienen hijos de mis primos vinimos, aunque si quieren venir que vengan sin problema, y a medida que llegamos viene llegando una camioneta que no es de la familia siguiendo la de Sofía, así que es de la familia Weishler, comienzo a bajar todo asi comenzamos a preparar las pizzas.
—Ya decíamos que íbamos a tener que ir a buscar harina porque no venían mas.
—Ay Yan, nada que ver, solo que nos atrasamos un poco. —bajamos la mesa y reposeras que trajimos, armamos todo a la sombra de los árboles.
—Buenas, llegamos al fin. —lo miro de reojo.
—Yo también traje un montón, no sé, creo que de aca salen seis pizzas.
—Si, aca también, me levanté temprano a hacer la masa para que en el camino leude, —busco los bolsos donde traje de todo, asadera, tabla, cubiertos, vasos, platos, papel, repasador, aceite, sal, azúcar, yerba, un jarrito para calentar agua, una olla, una jarra para el agua, y un montón de cosas mas.
—Sabíamos que Kalen iba a traer una olla.
—Ah son re panchos ustedes, esperan a que traiga todo.
—Chicos, no hablen así por favor, que no entendemos nada. —Baram habla fuerte así lo escuchamos.
—Si, tranquilo, si por ahí hablamos sin darnos cuenta nos dicen. —Lihue acomoda el fuego para ya ir poniendo la masa en la parrilla.
—¿Eres de las precavidas?. —Benaias se para a mi lado sonriendo.
—Si, me gusta tener de todo por si surge alguna cosa.
—Ah, eres de las mias, soy igual. —limpio la mesa y saco la masa—. Te doy una mano.
—Dale, porque me dejan sola.
—¿Y lo que estoy haciendo qué es?.
—Yan pica la cebolla para hacer la salsa. —se rie cuando la miramos, pero Bena no dice nada.
—Fua, tremenda masa, ¿Quién la hizo?.
—Yo, cuando hacemos pizza con Yan hacemos la masa siempre. —le miro las manos cuando la estira, manos grandes, una tatuada con una flor y son manos con experiencia, como que sabe hacer lo que hace—. ¿Haces pizza?.
—No, es la primera vez.
—Naaaa, estás mintiendo.
—Si. —se rie sin dejar de estirarlas redondas, yo lo hago cualquier forma, si sale cuadrado también, no me importa, igual se va a comer—. Bueno, creo que va a salir fácil, dos para cada uno.
—Parece montón pero no lo es.
—¿No es un montón?.
—No. —pongo dos masas en unas fuentes planas que traje asi las llevan a la parrilla—. Porque después nos bañamos y salimos con hambre, y comemos lo que queda.
—¿Siempre vienen asi?.
—Una vez a la semana por lo menos. —viene a mi lado de nuevo—. Tenemos la pileta donde mis abuelos y ahí nos juntamos todos, pero aca es diferente, por lo menos yo lo siento asi.
—Bueno, voy a probar porque no lo sé, tambien me baño en puras piletas, mi papá compró unas tierras donde hay un brazo de un rio, es pequeño, un poco mas grande que un canal.
—Este también, no es tan grande, y no es nada hondo.
—Uuhhh, ya quiero meterme. —lo miro de arriba abajo—. ¿Qué?.
—Estaba viendo si tenias ropa para meterme.
—Si, este short, ¿y tu?.
—En biquini.
—Mmmm.
—¿Qué pasó?. —Lihue sin mirarnos agarra una masa—. ¿Mmm qué?.
—Mmmm de que Kalen es linda, ¿por?. —miro a mi primo que lo mira fijo y lo miro a Benaias que lo mira de la misma manera—. ¿Qué?.
—Eres un atrevido.
—No, ustedes están acostumbrados a que los tipos les mientan con respecto a sus mujeres, yo no, no les tengo miedo, digo lo que se me da la gana.
—Ah mira, no nos tienes miedo.
—No, no te tengo miedo ni a ti ni a ninguno de aca, no sabia que ir con la verdad era de atrevido.
—¿Qué verdad? No dices la verdad porque andas ahí como un imbécil atrás de ella sin dar la cara.
—¿Dar la cara de qué imbécil?. —miro hacia todos con miedo que se den cuenta de que pasa, pero siguen riendo sentados cerca del fuego.
—Ahi está, un cobarde eres. —voy hacia Lihue parándome adelante porque se encaran los dos—. Un maricon que se las da de macho.
—Te enseño si quieres.
—Chicos basta.
—No te quiero cerca de este imbécil.
—¿Y yo soy el cobarde?. —tengo que hacer fuerza para que Lihue no se le vaya encima, me dan ganas de llorar cuando Benaias se acerca bien mirándolo directo a los ojos—. No te metas en lo que no te importa, a quien tengo que hacerle frente es a su papá no a ti, ni primos ni tíos debo agradar, porque lo que ustedes piensen de mi me lo paso bien por las pelotas, —tengo que trabar los pies en el suelo para sostenerlo aunque sea un poco—. A parte tranquilo, que tu prima no me ha dado ni la hora. —como si nada vuelve a la mesa agarrando una masa—. Bájale a esos celositos que cargas, que cuando me las mande me las voy a mandar bien mandadas y ni se van a enterar. —se va a la parrilla como si nada pasó y lo miro todo mal a Lihue.
—¡Que tonto que eres!.
—¿Yo? Es un tremendo atrevido.
—Lo hace porque sabe como son. —le doy un golpe furiosa—. Estábamos hablando lo mas bien, ustedes que creen que porque nos saludan nos tiran los perros.
—Si claro, ni tu te la crees.
—Si me la creo, porque no pasa nada estúpido. —me da una rabia tremenda que me dan deseos de llorar—. Si, me sacó a bailar anoche ¿y qué? ¿crees que ya con eso pasó algo? Deja de joder que mas pesado se va a poner para molestarlos.
—¿Listo Kale?.
—Si, ahí vamos llevando así cocinamos porque tengo tremendo hambre.
Me siento en una reposera en silencio, enojada con Lihue por reaccionar asi, y sé que cualquiera de mis primos hubiera sido la misma reacción, y emputazada con Benaias porque me usa para provocar, porque si me encarara de una vez capas que le creería lo que hace, pero solo juega a decirme cosas cuando alguien de la familia esta cerca, esa actitud no me gusta nada y siento que en cualquier momento exploto contra él diciéndole todo lo que se me ocurra, porque si, es extremadamente apuesto, pero tampoco es para que cuando me vea me moleste.
—Kale vamos.
—Aguanta que lavo las cosas.
—Aaajjj deja, después lavas.
—Lavo Duhan, no quiero salir cansada y tener que renegar para que laven o lavarlo yo, ve y ahí voy. —me pongo a juntar las cosas asi lavo.
—¿Nadie te ayuda?.
—Ve con ellos.
—Te ayudo, sé lavar los platos y mas con los que como. —furiosa los lavo y él los va enjuagando de metido—. Te quiero invitar a salir. —no me mira, los va acomodando para que escurran—. Nos vamos a quedar unos días. —dejo las tablas que usamos y lo miro—. Por eso me gustaría invitarte a salir.
—Ve a divertirte.
—No me respondiste, acepto un no, dilo con claridad no mas.
—No Benaias, no acepto.
—¿Sales con alguien?.
—No acepto porque no me gusta que me tomen como un chiste.
—¿Te di a entender que es un chiste?.
—Si, porque no dices nada claro, siempre molestando.
—¿No dije nada claro?. —se pone derecho y me parece enorme—. ¿Qué hace falta para que te des cuenta? Dije que me gustas, que eres preciosa.
—Cuando hay alguien de mi familia lo dices.
—Bueno, te lo digo. —como que me señala avanzando—. Me gustas Kalen, de hace tiempo me gustas y te lo digo, te quiero invitar a salir.
*****
Benaias.
Me meto al agua pero solo en la orilla sentando, los miro jugar al vóley y a la mancha, pero estoy atento a Kalen, que cuando viene se saca el vestido que tiene quedando en biquini y casi me da un infarto, tiene un lomo que es irreal, la biquini no es nada reveladora, es una bombacha grande que le llega al ombligo, y el corpiño tapa bien sus pecho y las tira anchas, miro a sus hermanas y llevan los mismos biquinis.
—Al fin pesada.
—Ustedes acomodados. —va riendo hacia las chicas y decido meterme también para no quedar como un idiota.
—¿A qué juegan chicas?.
—Ahora vamos a jugar a la lucha, ¿podrás levantar a alguna?.
—Obvio. —voy con Kalen que da vuelta los ojos—. Te levanto.
—Que pesado.
—Ah si, re lindo seria que vaya con una de tus primas y crea que le tengo ganas cuando no es así, y sabes que si le digo, ¿te alzo? van a creer otra cosa.
—Bueno, alzame y mas vale no me tires.
—Bien, ¿Cómo vamos?.
—¿Chicas, cómo jugamos?.
—Hacemos líder.
—Si, pero los mas grandes asi no hay pelea.
—Dale.
—Ankatu y Sofia.
—Noooo, —Sofi niega enseguida—. Yo no porque sino es pelea.
—¿Entonces quién?.
—Bueno, entonces Raylef.
—Bien, vamos capo, —Raylef es como Sefora, una tremenda pesada—. A ver si tienes huevos.
—No empiecen loco, que a final ni jugamos. —comienzan a elegir a las chicas porque después tenemos que alzarlas, no me va a alzar Kalen que es super delgada, la quiebro a la pobre, nos eligen a los hombres y vamos con las chicas.
—Bien, no pongas tu cara en mi culo. —sonrío alzando las cejas—. No Bena.
—Dale ven.
—Mejor por atrás.
—¿Qué cosa?.
—¡Aaaa Benaias!. —me pongo en cuclillas y pone las manos en mi espalda—. ¿Seguro que me puedes?.
—Levanto ciento cincuenta en sentadillas, puedo darte hasta unas piruetas en el aire sin problema. —riendo pone una pierna en mi hombro derecho—. Espera, dame las manos y después me sueltas.
—Dale. —espero a que se acomode en mi hombros—. Listo.
—Bien, me paro.
—AAAAGGGG ME VOY A CAEEEERRR. —pone las manos en mi cara agarrándose—. No me dejes caer, por favor Benaias.
—No tranquila, déjame ver si, impúlsate y acomódate bien, —voy hacia el agua y con el equipo que me tocó, me da risa porque como Ankatu la tiene a Sofia, Uriel la tiene a Arlo que aplaude divertida mirando a todos lados así comienza el juego.
—¿TODOS LISTOS?. —Milla es la arbitro, porque sino va a ser una guerra esto—. YAAAA.
Jugamos fácil una hora donde no paro de reír porque es una locura, me gusta pasarla así, creo que ahora donde las familias se unieron por Elias y Mailen vamos a estar mas juntos, y espero que se unan por mi y Kalen, seria una alegría enorme para mi, porque ella me gusta y la encaro todo el tiempo solo que la familia que tiene son unos hicha pelotas tremendos.
—Voy muerto.
—Yo también, no doy mas.
—Encima tenemos iglesia ahora. —Ezem maneja porque vinimos en la camioneta de mi tio Exequiel, voy atrás y apretado.
—Si, menos mal dejé todo listo, —miro el paisaje todo el camino preguntándome millones de cosas, como hacen para vivir, para soportar los climas porque yo sin mi aire acondicionado no vivo, como van al colegio, como se conocen con otras personas viviendo tal lejos de todo.
—Mira, ahí van los caballos. —cuando al fin llegamos al pueblo me bajo estirándome con mucha fiaka—. Espera Bena, te llevo.
—Naaa, queda a dos cuadras, —me saco la remera y me acomodo la gorra—. Nos vemos en la iglesia, gracias por llevarme.
—Dale, nos vemos. —la gente me mira raro al pasar, pueblo chico, todos se conocen.
—Hola...
—Disculpe jovencito.
—¿Si?. —me acerco a la señora que salió casi a la calle.
—No lo había visto por aca, ¿es pariente de los Melillan?.
—Si, soy pariente de ellos.
—Aahhh, me parecía, siempre hay gente desconocida en el pueblo por ellos,
—Bueno, me tengo que ir, disculpe.
—Si, ve, espero te guste el pueblo.
—Es precioso. —me siento un modelo, todos me miran al pasar, venimos casi que seguido pero siempre nos quedamos donde los abuelos de Mailen o donde Sofia, no a dormir, a pasar el día, entonces ahora que venimos mas tiempo nos ven raro—. Buenas.
—Eh mira, estás rojo Bena.
—Si, estuvimos toda la tarde en el agua. —ya se están preparando para ir a la iglesia de acá, porque Keren nos invitó.
—¿Cómo la pasaron?.
—Tremendo. —saco agua de la heladera viendo como Jemi la peina a Sefo con unas trenzas—. Muy bien la verdad, se la re perdieron.
—Ir con chicos a un lugar así no es fácil Bena, obviamente, tu la pasas genial porque vas solo, yo con dos niñas se me complica.
—Tampoco para tanto, se hacen un mundo ustedes. —las dos me miran frunciendo las cejas—. Sofi fue y lo mas bien, la pasaron tremendo, Arlo estaba como loca jugando con todos.
—¿Y Amu?.
—Con sus tíos, porque entre todos le cuidaron a los nenes, si ustedes van les doy una mano, con ellos no, tienen como cincuenta tíos, que los ayuden ellos.
—Bueno, la próxima vamos entonces.
—Ve a cambiarte Bena.
—Si, me quiero dar un baño, si se van guárdenme lugar, de ir voy.
—Si, porque tenemos oportunidad y Elias te mata si no vas. —me doy un baño rapidito, me pongo el pantalón de vestir, zapatos, la camisa y la corbata, ni loco me pongo saco, ya con la camisa es un infierno, pero en la iglesia hay aire asi que tanto no lo voy a sufrir.
—BENAIAS NOS VAMOS CON CARLA, YA LA MAMÁ Y EL PAPÁ SE FUERON.
—DALE, AHÍ VOY. —corro a la iglesia porque todos se fueron, cuando entro es un mundo de gente.
—¿Joven?.
—Si, —lo saludo de dos besos—. Dios le Bendiga, busco a mis papás, allá —mi papá alza la mano—. Me guardaron lugar.
—Dele, pase entonces, también le buscaba lugar.
—Menos mal me guardaron. —de camino al lugar donde mis papás Uriel me pellizca una nalga, me giro a pegarle pero mi tia me hace caras de que me vaya a sentar mientras ella le pellizca la pierna a Uriel que abre enorme la
boca—. Después te agarro. —a mi mamá no mas se le ocurre sentarse adelante, me siento al lado de Sefo que me aprieta la pierna—. ¿Qué?.
—Mamá esta re enojada porque tardaste un montón.
—Les dije que me metía a bañar.
—Ssshhhh. —nos enderezamos los dos porque sube la mamá de Kalen a coordinar.
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Al fin... Espero hallan podido entender la espera, Vamos a comenzar con esta nueva aventura que espero que les guste y poder leerl@s.
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