-"Me dijeron por ahí que estás muy, pero muy cómoda en tu casa" - cuando Tau leyó aquel mensaje automáticamente miró al castaño que estaba acostado a su lado. Anwar giró su cabeza para verla de frente y sonreír, ajeno a aquellas palabras. -¿Le has contado a alguien que te encuentras aquí? - indagó ella observándolo con los ojos entrecerrados. -Mark - respondió él sin darle demasiada importancia. -¿Y si yo no quería que se enterara? - y ahí el castaño bajó su teléfono para mirar a la mujer que parecía ofendida. -¿Te avergüenzo? - preguntó él. -No seas idiota. No es eso… -¿Entonces? -Es que no termina aún el entrenamiento y… Sabes que no quiero después el chisme de que entré porque me acosté contigo - dijo ella fastidiada antes de abrazarse a sus piernas. -Preciosa ya has demostrado