Ella malinterpretó sus palabras, para nada Derek intentaba burlarse de ella. Sino todo lo contrario, era la decisión que él acababa de tomar. No la iba a dejar escapar, no esta vez, basta ya de ser hacerse el bueno cuando su naturaleza era completamente salvaje, un monstruo que con derechos o no reclamará a Liesel como su mujer, porque ella era la única a la que él había querido siempre. Derek quiso gruñir de pura satisfacción, ella estaba alterada, él la afectaba casi tanto como ella a él, todavía tenía oportunidad. El celular de Liesel comenzó a sonar sacándolos a ambos de su pequeña lucha de miradas. La de Liesel fría y la de Derek, decidida. Muy decidida. —¿Si? —Liesel, ¿estás lista? —Sí. Te veo en la recepción. —¿Vas a salir con Tatiana? —Eso no es de tu incumbencia Steiger.