El resto del día fue más de lo mismo. Felix era observado por todos y se sentía increíblemente cómodo con eso, francamente acostumbrado. Yo estaba más acostumbrado a ser invisible y me escondía principalmente detrás de Felix. Los profesores estaban encantados de tener a uno de los Alfas en sus aulas.
A la hora del almuerzo, todos nos rodearon, escuchando atentamente a Felix hablar de cualquier cosa. Se enganchaban de cada una de sus palabras e intentaban ser especialmente amigables conmigo. Los cuatro jugadores de fútbol que me habían ayudado aquel día vinieron a saludar. Felix parecía saber que me habían ayudado. Por supuesto, Calix debió habérselo contado. Todos chocaron los nudillos con Felix y hablaron sobre jugadas y estrategias en el fútbol. Felix, Alex y Calix habían sido los jugad
