los próximos días ella se dispuso a buscar trabajo con diligencia, ella era arquitecta, como siempre había trabajado con su esposo, nunca había tenido que presentarse a entrevistas, hasta ahora, Pero tenía muy buenas esperanzas de que no tardaría en encontrar empleo, tenía buenas referencias de trabajos hechos anteriormente y clientes que quedaron muy satisfechos, entonces solo necesitaba una constructora que le diera la oportunidad de mostrarles todas sus habilidades.
Mary siempre estaba atenta esperándola con algo para comer y una charla amena, Joseph con algún consejo y Marck bueno a él prefería esquivarlo ya que por algún motivo le alteraba los nervios, sus pensamientos volaban cada vez que lo veía, Pero prefería hacer caso omiso y seguir adelante, en más de una ocasión lo encontró mirando sus bubis o su trasero, algo que a ella le molestaba mucho, ¿cómo podía ser así de descarado? parecía tímido Pero ella ya se había dado cuenta que no lo era tanto como aparentaba, el ya tenía veintinueve años no era ningún muchacho, y seguramente tendría sus necesidades, Pero a ella que ni se acerque, pensaba cada vez que lo veía, Mary y Joseph ni siquiera se habían percatado de esta situación y ella no sabía si Marck ya sabía que ella lo había pillado todas esas oportunidades.
así pasaron varios días, Marck por otra parte estaba encantado con su figura, Anna era una mujer espectacular, no había nada que no le gustase de ella Pero obviamente no podía decírselo, ¿cómo lo tomaría?
Él había tenido dos novias, las cuales no le había contado a nadie y menos a su padre, él siempre le dijo, que cuando le presente a un chica, que sea la que el decida que va a ser su esposa, Pero esa chica no eran ninguna de esas dos, Pero Anna era alguien que seria digna de presentación, si no fuera por ese gran detalle, sus padres estaban casados, eso los hacia tener algún tipo de parentesco, algo que les iba a prohibir amarse y Marck lo sabia muy bien, así que solo se limitaba a mirarla pasar o simplemente intercambiar algunas palabras con ella.
aún recordaba la primera vez que la vio en el casamiento de su padre, estaba hermosa con un vestido azul que dejaba ver su figura despampanante, con un tajo en la falda que recorría su muslo, dejando entre ver su sensualidad.
ahora era toda una mujer y se veía aún mejor que en ese entonces, algo que jamás se atrevería a declarar ¿o si? se pregunto en algún momento cuando la encontraba sola en la cocina, o en alguna parte de la enorme casa en la que vivían.
una noche que hacia mucho calor, Anna tenía problemas para dormir, había estado por mucho tiempo dando vueltas en la cama pero al parecer nada la ayudaba a conciliar el sueño, ella solía dormirse bastante rápido, Pero la realidad era que estaba algo ansiosa también, por todo lo que estaba viviendo, así que eran las dos de la madrugada cuando decidió bajar a l cocina a comer algo dulce, no pretendía quedarse Pero se preparó un té de manzanilla y tomó unas galletas de chocolate del armario, y se sentó en el desayunador.
una vez allí trató de relajarse leyendo una revista que tenía ahí en la mesa, cuando sintió que alguien llegaba a la cocina, era Marck solo llevaba un pantalón de pijama de seda fría y el pecho descubierto, que al verla se detuvo un momento "disculpa, no sabía que estabas aquí" dijo hablando bajo, "tampoco puedes dormir por lo que veo"
ella miró la taza y contestó "me levanté por algo dulce y preparé un té de manzanilla para tratar de dormir"
"oh ya veo" dijo el acercándose y tomando una galleta
"si quieres te preparo un té para ti también"
"no, tranquila yo vine por agua, la galleta se me antojo ahora" y sonrió algo pícaro, claro que Anna notó algo en su sonrisa Pero tomó un trago de té y no dijo nada.
el sacó una botella de la heladera, tomó una silla y se sentó al lado de ella "¿te pasa algo además del calor que te impide dormir?"
ella lo miró agachó la cabeza "algunas cosas Pero nada que no tenga solución"
"¿precisas que te ayude en algo?"
dijo el acercándose a ella
"no, no tranquilo, solo que es complicado empezar otra vez"
"si que lo es, dímelo a mi que volví del extranjero hace dos meses y aún no me he podido ir a vivir solo aquí"
"¡yo pensé que te quedabas aquí porque así lo habías decidido!" dijo ella sorprendida
el largo una pequeña sonrisa "para nada, yo estoy acostumbrado a vivir solo y tener mi independencia, desde que cumplí la mayoría siempre fue así, solo que cuando me mudé aquí me propuse buscar algo para comprar, y hasta el momento no doy con el lugar correcto"
"oh, y ¿cuál sería tú lugar correcto?" contestó ella con curiosidad
"un lugar amplio, con varios dormitorios donde un día pueda formar mi familia, un lugar donde pueda tener perros corriendo en el patio y vivir tranquilo, un poco alejado de la sociedad Pero no demasiado"
"veo que realmente sabes lo que quieres"
"exactamente, yo sé todo lo que quiero" le dijo mirándola a los ojos casi declarándole sus sentimientos y el deseo hacia ella, el cuerpo de Anna se estremeció, un cosquilleo bajó por su estómago hasta su entrepierna, era demasiado intenso ese hombre, ella trató de componerse y disimular lo que había sentido con esa mirada y las palabras que le había dicho.
"está bien, bueno creo que sera mejor que me vaya debo dormir"
"te acompaño a tu habitación" dijo él saliendo tras ella sin darle tiempo a reusarse.
caminó a su lado hasta llegar a la habitación una vez en la puerta, ella se despidió "buenas noches" el se acercó y le dio un beso en la mejilla "bueno noches" ella se sonrojo de inmediato "¿y eso?" preguntó desconcertada
"¿te molesto?" dijo el curvando sus labios en modo burlón "no, solo fue raro"
el se rió "y eso que solo fue en la mejilla" le dijo mientras sus ojos la miraron con inconfundible deseo, de nuevo su cuerpo se estremeció, no sabía que contestar, la había dejado sin palabras, Pero ella sabía bien que el le estaba tirando lance hacia rato, y que lo que sea que conteste seguramente el tendría una respuesta aún peor, así que solo sonrió un poco bajo la cabeza y dijo "buenas noches" con un tono bastante bajo, y antes que él se le acercara de nuevo abrió la puerta y entró a su habitación.
Ya dentro, su corazón latía a mil por hora, había algo que no podía negar, ese chico le gustaba, y mucho, Pero ¡no podía ser! eso era un error mire por donde mire era hijastro de su madre, no podía hacer nada con él aunque su cuerpo no pensaba igual, en su mente lo había empujado hacia adentro, y si fuera por su cuerpo, ya estaría entregada al placer que él podía ofrecerle.
pero no, eso jamás podría pasar.