Samara. Agito mi cabello dejando encima del tocador la peluca que llevaba puesta hace unos minutos, acabo de ducharme después de llegar a casa (de las Alves), recuerdo mi paseo en donde aparentemente conocí a una nueva amiga, y, (desafortunadamente) coincidí con Kenner, bueno, con un animalito del bosque. — Sí, claro. Digo y dejo escapar una risita divertida, imagino lo mucho que lo molestó escucharme decir eso, pero, bueno, él comenzó, me estaba ignorando y eso no se le hace a una dama, por si nadie le enseñó, yo lo haré. Conforme con mi imagen decido bajar a la cocina, porque sé que donde me tarde unos minutos más, tendré a Alex detrás de mí, como de seguro ha de estar con Adara. Al entrar a la cocina veo el humeante café dentro de la jarra, por lo que me apresuro a servirme en un